Los Reyes visitan Poblet, solo acompañados por Illa y entre protestas secesionistas

El viaje al monasterio de Poblet escenificó las gélidas relaciones de la Generalitat con la Jefatura del Estado. Ningún miembro del Gobierno de Quim Torra ni los alcaldes de la zona acudieron a la cita. Los Reyes solo estuvieron acompañados por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dirigente del PSC, la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y el abad Octavi Vilà y el prior Rafael Barrué, como anfitriones. La visita duró cerca de hora y media. Torra y sus consejeros permanecieron en sus despachos, a unos 130 kilómetros. Los Reyes pretendían viajar también a Barcelona pero la visita se aplazó por las medidas de restricción de movimientos adoptadas por el Ejecutivo catalán ante el rebrote del coronavirus.

Felipe VI llevaba ocho meses sin pisar tierras catalanas y se encontró con el plantón institucional de las autoridades autonómicas y locales y la protesta de varios centenares de independentistas, que advirtieron con gritos y pancartas de que «nunca más» los Borbones podrán pasear por Cataluña con «normalidad». La visita fue breve y estuvo rodeada de fuertes medidas de seguridad para evitar fotografías incómodas. El recinto del monasterio de Poblet quedó blindado como un castillo en todo su perímetro por la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra, y nadie sin acreditación podía acercarse a la zona. El intento de los manifestantes, convocados por la ANC y Ómnium, de saltarse el perímetro derivó en enfrentamientos con la Policía catalana, que cargó contra los secesionistas. Una persona fue detenida y una vez más al consejero de Interior recibió fuertes críticas de los grupos independentistas por la actuación policial.

La exconsejera Clara Ponsatí, de su mismo partido, JxCat, pidió su dimisión y desde Esquerra señalaron que están «cansados» de estas imágenes. La Consejería de Interior atribuyó el dispositivo a las peticiones de la Zarzuela. Torra exigió explicaciones y un informe a los Mossos.

     

El monasterio de Poblet es una de las reservas espirituales de la Cataluña católica, la otra es Montserrat. Poblet no es un centro de culto cualquiera. El llamado real monasterio de Santa María de Poblet, levantado en 1134, es el panteón de algunos de los reyes de la Corona de Aragón, como recordó ayer Felipe VI en el libro de honor. También están enterrados los condes de Barcelona. Felipe VI es el actual conde de Barcelona y visitó las tumbas de sus antecesores. En la abadía está también el archivo de Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat durante la Transición. Los Reyes se detuvieron en algunas de las cartas que intercambiaron el anterior jefe del Estado y Tarradellas en febrero de 1981.

La visita se produjo en plena ofensiva independentista contra la Monarquía y en medio de la polémica por las investigaciones judiciales al rey emérito. El expresidente catalán Carles Puigdemont cargó contra Felipe VI, al que acusó de «golpista» por el discurso que pronunció el 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal del 1-O, en el que llamó a restaurar el orden constitucional y acusó a los secesionistas de «deslealtad hacia los poderes del Estado».

El Parlament ha aprobado estos últimos meses varias resoluciones en las que reprobó a Felipe VI e instó a abolir la Monarquía. Torra, que nada más llegar a la Presidencia de la Generalitat anunció la ruptura de relaciones con la Casa Real, sopesa presentar una querella contra el rey emérito. El vicepresidente, Pere Aragonès, calificó a «los Borbones» de «organización criminal».

Cataluña, además, amaneció hoy llena de carteles de grandes dimensiones: «Cataluña no tiene rey» y «Coronaciao, hagamos caer la monarquía». Las plataformas secesionistas llamaron a protestar ante la visita, y a primera hora de la mañana se quemaron neumáticos en una vía férrea, acción reivindicada por Anonimus, que obligó a cortar la circulación de trenes AVE en Girona.