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Han transcurrido 88 días desde las elecciones generales, pero las verdaderas negociaciones entre PSOE y Podemos para apoyar la investidura se han celebrado solo en los últimos días y de forma vertiginosa.
La vicepresidenta Carmen Calvo anuncia un día después de la victoria del PSOE ... en las elecciones generales que Pedro Sánchez quiere gobernar con un equipo monocolor. «Tenemos un respaldo más que suficiente para llevar el timón de este barco», afirma Calvo. Pero Pablo Iglesias plantea a Sánchez desde el primer día un Gobierno de coalición. Lo hace en una charla telefónica. El presidente pospone las negociaciones hasta después de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.
El presidente del Gobierno se reúne por primera vez con Iglesias en la Moncloa. «Nos hemos puesto de acuerdo en que vamos a trabajar para ponernos de acuerdo», afirma el líder de los morados. «La reunión ha ido bien», agrega. Sánchez guarda silencio.
Tras la reunión en la Moncloa, las portavoces del PSOE y Unidas Podemos, Adriana Lastra e Irene Montero, negocian la composición de la Mesa del Congreso.
Socialistas y morados llegan a un acuerdo para que Meritxell Batet presida la Cámara baja. Entre ambos partidos se reparten el órgano de gobierno y se aseguran el control.
El ministro y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ratifica un día después de las elecciones territoriales del 26 de mayo que Sánchez presidirá «un Gobierno de orientación socialista abierto a independientes progresistas». Lanza además un mensaje a Pablo Iglesias: «Debemos ser humildes, realistas y saber dónde nos han puesto los ciudadanos». Unidas Podemos sufre un batacazo en las urnas, pero Iglesias afirma que el elemento de referencia es el resultado de las generales e insiste en el Gobierno de coalición.
Ábalos propone un «Gobierno de cooperación» en el que Unidas Podemos podría «meter dos o tres personas», pero no una coalición. «Lo más importante es acordar programas, no presencia de personas», apunta el dirigente socialista. Iglesias dice que el término cooperación «es lo de menos», lo importante es «gobernar juntos».
El rey Felipe VI encarga a Sánchez formar Gobierno y que sea el candidato a la investidura. El presidente acepta aunque en ese momento no cuenta con un solo respaldo, salvo el de los 123 diputados del PSOE.
El candidato socialista se reúne por segunda vez durante hora y media en el Congreso con el líder de Unidas Podemos. «Vamos a gobernar juntos. El significante es lo de menos», insiste Iglesias para soslayar el conflicto semántico entre cooperación y coalición. La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, afirma que «no han hablado de nombres», pero trasciende que Iglesias se ha propuesto como vicepresidente y ha reclamado para su partido cinco carteras ministeriales.
Tercera reunión de los dos líderes en la Moncloa. Es un encuentro «discreto» que solo se conoció 24 horas después. «Las posiciones están muy alejadas», dicen en el PSOE. Los morados no dicen nada.
La vicepresidenta asegura que «no hay vetos a nadie» aunque ya han trascendido los nombres del propio Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique como ministrables.
Desde Bruselas, Sánchez ofrece a Unidas Podemos puestos «intermedios» en la administración, como máximo secretarías de Estado, pero no sillas en el Consejo de Ministros. Es una oferta «razonable, sensata y ambiciosa», dice el líder del PSOE.
Cuarta reunión de Sánchez e Iglesias y de nuevo en la Moncloa. Tampoco hay avances. El candidato socialista insiste en la cooperación centrada en tres frentes: institucional, parlamentario y programático. Pero Unidas Podemos sostiene que solo desde el Gobierno se pueden llevar adelante los programas pactados.
Iglesias se compromete a ser «leal» con el Gobierno en las decisiones que adopte ante el desafío independentista en Cataluña, incluida la aplicación del artículo 155. Ofrece además una renuncia por escrito a su demanda de celebración de un referéndum pactado. Unas cesiones que causan fricciones con los comunes de Ada Colau, sus socios en Cataluña.
El líder de Unidas Podemos propone en una columna publicada en La Vanguardia ir a la investidura con un pacto de gobierno de coalición entre los socialistas y su partido, y si en la votación es rechazado aceptará en septiembre la fórmula que proponga Sánchez. El Gobierno rechaza la propuesta por «tramposa» porque la suma de PSOE y Unidas Podemos ganaría siempre.
«No necesitamos un cogobierno de dos gobiernos en uno», afirma Sánchez en Telecinco para expresar sus temores a que Iglesias en el Ejecutivo actúe como un contrapoder. El candidato socialista abre la puerta a la incorporación al Consejo de Ministros de «independientes de reconocido prestigio» que proponga Unidas Podemos.
El líder del PSOE designa un equipo negociador y la dirección de su partido aprueba un documento base para las negociaciones con Unidas Podemos que no es más que una síntesis del programa electoral socialista con algún retoque. Desde el partido morado se quejan de que es «un corta y pega» que no puede ser el punto de partida.
Quinta reunión de Sánchez e Iglesias en el Congreso que se salda con un nuevo fracaso. Desde la formación morada avisan de que el líder socialista está dispuesto a ir a unas nuevas elecciones antes de aceptar el Gobierno de coalición. Desde la Moncloa y desde Ferraz insisten en que Iglesias plantea una negociación «personalista» para asegurar su presencia como vicepresidente del Gobierno y cinco ministros.
Ambos líderes hablan por teléfono, pero constatan que sus posiciones siguen muy alejadas. Iglesias exige que no haya «líneas rojas ni vetos». Sánchez responde a través de Twiter que «primero el programa y después la composición del Gobierno». Los socialistas se quejan de que Unidas Podemos «solo quiere hablar de sillas»
Iglesias da un golpe de efecto y anuncia una consulta a los militantes de Podemos para que decidan entre un Gobierno de coalición sin vetos u otro formado solo por el PSOE con una colaboración administrativa de Unidas Podemos.
Sánchez da por rotas las negociaciones en una entrevista en la cadena Ser. Anuncia que había ofrecido a su interlocutor la entrada en el Ejecutivo de «personas con carné de Podemos y con un reconocido prestigio en sus materias». Pero que ante «la mascarada» de la consulta «trucada», la oferta «decae». El candidato está dispuesto a aceptar ministros morados que no pertenezcan al núcleo duro del partido.
Iglesias se enroca en su demanda de entrada en el Gobierno, emplaza a Sánchez a que ignore las presiones de la banca y de los empresarios contrarias a un Gobierno de coalición y reclama que reabra las negociaciones. «No hemos parado de ceder y estamos dispuestos a más. Solo le falta pedirme que me corte la coleta», afirma el líder de Unidas Podemos.
El candidato no cede. «No se dan las condiciones para que Iglesias sea miembro del Gobierno», sostiene Sánchez, que ratifica la oferta de coalición limitada a miembros de Podemos cualificados. La consulta entre los militantes morados arroja que el 70% respalda el Gobierno de coalición en los términos que plantea su líder.
El secretario general de Podemos da un paso al costado y renuncia a entrar en el Consejo de Ministros, pero exige reanudar las negociaciones sobre los equipos y programas para gobernar en coalición. El paso de Iglesias coge a contrapie a los socialistas.
Los equipos negociadores, encabezados por Calvo y Echenique, se reúnen en la Moncloa, mientras Sánchez e Iglesias hablan por teléfono. Pero todo es infructuoso. Unidas Podemos denuncia que la oferta socialista, que incluye una vicepresidencia y dos ministerios, carece de competencias y presupuesto. «Es solo cáscara», afirma un miembro del equipo de Iglesias.
Carmen Calvo y Pablo Echenique se reúnen en el Congreso antes del debate de investidura y solo constatan la distancia de sus posturas. En el pleno, Sánchez e Iglesias se enfrentan a cara de perro en un duelo vibrante, se culpan de la inexistencia del acuerdo y el entendimiento ya parece inviable.
El candidato socialista pierde la primera votación en la Cámara baja, pero los de Iglesias se abstienen para dejar un resquicio a la recuperación del diálogo. Sánchez se reúne con su equipo y deciden hacer un último intento. Calvo llama a Echenique para concertar un cita para el día siguiente.
Los negociadores se reúnen por la mañana. El PSOE presenta una nueva propuesta: Una vicepresidencia y tres ministerios: Sanidad, Vivienda e Igualdad.
Podemos contraoferta pidiendo una vicepresidencia de derechos sociales e igualdad y tres ministerios: Sanidad, Trabajo y Ciencia y Universidades. El PSOE rechaza darles Trabajo. Se acude a la votación de investidura sin acuerdo.
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