Miles de personas -en torno a 300.000, según los organizadores; unas 50.000, de acuerdo a las cifras de la Guardia Urbana- se manifestaron este domingo en Barcelona contra la amnistía y la autodeterminación. La protesta fue un clamor contra el Gobierno y sus ... planes de pactar con el prófugo Carles Puigdemont una amnistía, calificada por los convocantes como una «aberración insconstitucional».
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Para poner las cifras en contexto, el pasado 1 de octubre, en el sexto aniversario del referéndum ilegal, Puigdemont reunió a unas 4.500 personas en Barcelona, mientras que la Diada del 11-S celebrada por la ANC concitó a 115.000 independentistas. El acto que organizó el PP en Madrid hace dos semanas concentró a entre 40.000 y 60.000 personas.
La protesta fue mucho menos multitudinaria que las grandes movilizaciones de octubre de 2017 contra el 'procés', pero superó las expectativas de los organizadores, Sociedad Civil Catalana (SCC), si bien son conscientes de que no hará cambiar los planes de Pedro Sánchez, como confiaba la presidenta de SCC en la previa, en caso de una afluencia masiva como hace seis años.
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Elda Mata, presidenta de SCC, advirtió no obstante de que si la «democracia sigue en peligro» la entidad constitucionalista continuará saliendo a la calle. El antisoberanismo demostró ayer que tiene músculo en Cataluña. Podría tenerlo aún más, pero la izquierda, salvo algún caso contado, no se dejó ver en la marcha, después de que el PSC llamara a cerrar filas con el Gobierno.
El Ejecutivo central, de hecho, desdeñó la marcha y aprovechó para cargar contra PP y Vox, presentes en la manifestación a quien el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, calificó a través de redes sociales como «partidos nostálgicos del enfrentamiento». El presidente de la Generalitat dijo, por su parte, que el resultado de la protesta refleja «el fracaso de la derecha y la extrema derecha».
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PP y Vox enviaron a toda la plana mayor de cada uno de sus partidos a Barcelona. Los populares acudieron con su presidente y su secretaria general a la cabeza y con cuatro presidentes autonómicos (Isabel Díaz Ayuso, Juanma Moreno, Jorge Azcón y Fernando López Miras). Vox estuvo representado por Santiago Abascal, Ignacio Garriga y Javier Ortega Smith. La derecha, junto a Ciudadanos, se unió en Barcelona contra Sánchez y sus pactos con Puigdemont, pero ni hubo foto de las tres formaciones juntas, ni siquiera un saludo entre Alberto Núñez Feijóo y Abascal. Ninguno de los dos le dio importancia, pero no deja de ser significativo que los partidos que son socios en unas cuantas autonomías evitaran una imagen de unidad. La sombra de Colón es aún demasiado alargada. Y Feijóo se reúne este lunes con Sánchez en la ronda de contactos para la investidura.
PP y Vox compiten en el flanco de la derecha y cada uno intentó capitalizar la protesta a su manera. Aunque los organizadores intentaron que no fuera así. De hecho, uno de los mensajes que trasladó SCC fue un pacto entre socialistas y populares para que el Gobierno de España no tenga que depender de los nacionalistas. Para evitar lo que Mata calificó como un «atentado contra la democracia y los cimientos de la convivencia».
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Hace seis años, SCC convocó una manifestación el 8-O para intentar frenar la declaración unilateral de independencia que Puigdemont tenía previsto aprobar el 10 de octubre. Acudieron cientos de miles de personas, en torno a un millón, según los organizadores. Fue una exhibición de fuerza de la parte de la sociedad catalana que rechazaba la secesión. Acudieron dirigentes de la derecha, pero también líderes de la izquierda como Jiménez Villarejo, Paco Frutos, Salvador Illa o Josep Borrell. Fue un clamor contra el Govern y las fuerzas secesionistas. La manifestación de este domingo, en cambio, se convocó contra el Gobierno español, por sus planes de amnistiar a los dirigentes que protagonizaron el órdago de octubre de 2017, a pesar de que se niegan a renunciar a la vía unilateral y pese a que insisten en que la medida de gracia debe servirles para culminar la independencia. Sociedad Civil Catalana ya había pedido que no se compararan las cifras, porque una y otra situación no son equiparables.
Lo que sí diferencia una y otra marcha es el papel de los socialistas. El PSC estuvo en el frente constitucionalista durante los años duros del 'procés'. La manifestación de este domingo, en cambio, se convocó sobre todo contra el Gobierno socialista y la negociación de una amnistía. Aunque hay dirigentes de la vieja guardia del PSOE como Felipe González o Alfonso Guerra que se han pronunciado en público contra la amnistía, ninguno de ellos se dejó ver. Había, eso sí, algunos intelectuales de la órbita del PSC como el historiador Joaquim Coll o el jurista Juan José López Burniol. El exalcalde socialista de La Coruña, Paco Vázquez, que ya no forma parte del PSOE, intervino en los discursos para dar voz a ese sector progresista de la sociedad que no entiende la maniobra de Sánchez. Vázquez advirtió a los diputados socialistas de que si votan a favor de la amnistía estarán incurriendo en «perjurio ideológico». «Esto no es un debate político entre constitucionalistas: es un proyecto para que unos sigan en el Gobierno y otros avancen en sus objetivos independentistas y derogar la Constitución», avisó.
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