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El «ruido» creado por el respaldo de Bildu a los Presupuestos del Estado del próximo año no va a repercutir en la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial. El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y el vicesecretario del PP y consejero ... de la Comunidad de Madrid, Enrique López, prosiguen sus conversaciones con la idea de cerrar el acuerdo en las próximas semanas, en todo caso antes de fin de año.
Que el Gobierno acepte los votos de los cinco diputados de la izquierda abertzale para sacar adelante las Cuentas no facilita las cosas, reconoció ayer López, pero a continuación puntualizó que revertir esa situación no es una nueva condición para renovar el gobierno de los jueces. Las exigencias del PP son las tres conocidas, retirada de la proposición de PSOE y Unidas Podemos para rebajar las mayorías parlamentarias en la elección de los vocales, despolitización del Consejo y que el partido de Pablo Iglesias no participe en las negociaciones. Tres requisitos que los socialistas asumen con algún matiz.
López, exmagistrado del Constitucional a propuesta del PP, afirmó que «es posible» llegar a un entendimiento. El principal partido de la oposición afirma que quiere acabar con la interinidad de casi dos años en el Poder Judicial, y para eso, apuntó el negociador popular, «lo importante es que se cumplan las condiciones». Por su parte, añadió, «hay voluntad de acuerdo». La irrupción de Bildu en el escenario político, señaló, es «un obstáculo nuevo», pero no afecta al meollo de las negociaciones.
El ministro de Justicia, que ha puesto como horizonte para el pacto el 6 de diciembre, aniversario de la aprobación de la Constitución, considera que sería difícil de entender que el hecho de que un partido, sea cual sea su trayectoria, apoye al Gobierno en los Presupuestos tenga un reflejo negativo para normalizar la situación del Consejo del Poder Judicial. Campo señaló este lunes en declaraciones a Canal Sur que no se deben «mezclar cosas» porque son asuntos diferentes sin ningún punto de conexión.
Se mostró más cauto que otras veces en el terreno de los plazos. y rebajó la mención al 6 de diciembre a «una fecha simbólica» porque en las negociaciones se necesitan «frontispiscios» temporales. De todas maneras, se mostró seguro que el PP se «avendrá» a cerrar la renovación del Consejo «más pronto que tarde».
Campo y López, coincidieron fuentes de ambos partidos, mantienen un contacto permamente y están cerca de sellar un acuerdo sobre los nombres de los veinte jueces y juristas que compondrán el nuevo Consejo. En sus negociaciones no han partido de cero porque hasta en dos ocasiones han tenido el pacto casi cerrado. En el verano de 2019, una indiscreción del entonces portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, echó por tierra el trabajo hecho. Meses después, las críticas de Unidas Podemos a la Monarquía llevaron a Pablo Casado a interrumpir los contactos cuando el acuerdo también estaba muy avanzado. La respuesta de Pedro Sánchez fue promover una reforma de la ley del Poder Judicial que despertó los recelos de la Comisión Europea e indignó a la mayoría de las asociaciones judiciales. El presidente del Gobierno la paralizó.
Los dos negociadores retomaron sus conversaciones en el punto que las dejaron, y el optimismo sobre un entendimiento es compartido por las dos partes.
El exvicepresidente del Gobierno socialista Alfonso Guerra ha recordado este lunes que Pedro Sánchez dijo «mil veces» que no llegaría a nada con EH Bildu y ahora pacta con ellos «en un acuerdo absolutamente despreciable», en una alianza con independentistas y Podemos que «no es una tarea democrática». En una entrevista en TVE, Guerra ha afirmado que «muchos españoles y muchos socialistas tienen un nudo en la garganta» y están deseando gritar: «Con Bildu, no, tal y como decía el presidente del Gobierno».
Guerra ha insistido en que el Gobierno de socialistas y Unidas Podemos «no es natural» y ha recordado que Pedro Sánchez repitió aquello de que no podría dormir si Pablo Iglesias estuviera en la vicepresidencia y «ahora duerme con él». A juicio de Guerra, Sánchez se encuentra en «una tela de araña» que él mismo ha tejido y se ha preguntado cuánto «peaje» habrá que pagar y considera que sostener ese pacto con EH Bildu, nacionalistas y Podemos es difícilmente de soportar si no es sólo para los presupuestos sino para toda la legislatura.
Guerra también se ha referido al acercamiento de presos de ETA a las cárceles del País Vasco y ha afirmado que esa estrategia se hace «por intercambio de votos. Ahí está la falta de ética».
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