La maratoniana sesión de investidura: Claves para no perderse

La sesión de investidura arranca a las 9.00 horas de mañana con la intervención del candidato a la presidencia del Gobierno y luego habrá un receso. A continuación tomarán la palabra los portavoces de los grupos parlamentarios de mayor a menor -excepto el PSOE que lo hará en último lugar- y luego volverá a hablar el aspirante. Estas intervenciones se prolongarán todo el sábado y se retomarán a primera hora del domingo. Se calcula que la primera votación llegará sobre las 13.30 horas. Si es necesario, que lo será, la segunda y definitiva se celebrará 48 horas después de la primera.

Para ser investido Sánchez requiere el domingo mayoría absoluta. Esto es, necesita que al menos 176 de los 350 diputados del Congreso le den su apoyo, algo que no va a ocurrir. El martes 'solo' necesitará más 'síes' que 'noes'. Tiene ya garantizados al menos 167 votos a favor -PSOE (120), Unidas Podemos (35), PNV (6), Más País (3), Nueva Canarias (1), BNG (1) y Teruel Existe (1)- y 164 en contra -PP (88), Vox (52), Cs (10), JxCat (8), Cup (2), Navarra Suma (2) y PRC (1)-. Es más que probable que la representante de Coalición Canaria también se posicione en contra, así que ahí cobran valor las abstenciones de ERC (13) y EH Bildu (5).

Pedro Sánchez abrirá la sesión con un discurso cuya duración no está limitada y después tendrá derecho a responder al resto de fuerzas de una en una o de forma conjunta. Los portavoces de los grupos parlamentarios tendrán 30 minutos para exponer sus posiciones, otros 10 de réplica a Sánchez y 3 más de contraréplica. Si la primera votación fracasara, el candidato volvería a tener 10 minutos para hablar el martes y los partidos, cinco. La sesión de investidura será más larga que nunca porque el Congreso nunca había estado más fragmentado. Mañana se estrenan en la Cámara baja, por ejemplo, Más País y Teruel Existe. EH Bildu también presenta novedades: por primera vez comparece con grupo propio.

Tras desbloquear la investidura pactando con ERC, a Sánchez le van a llover las críticas desde los partidos conservadores. Especialmente, por ceder a las pretensiones de los republicanos y comprometerse a organizar una mesa de diálogo sobre el «conflicto político» de Cataluña. La tarde del sábado será especialmente intensa porque el candidato tendrá que medirse primero con Pablo Casado y después con Santiago Abascal. Se calcula que Pablo Iglesias también tomará la palabra el sábado, y quizá Grabriel Rufián.

No es previsible que Euskadi acapare demasiados minutos de las alocuciones del candidato socialista. Principalmente, porque Sánchez ha dejado 'atado' el apoyo del PNV de antemano con una batería de concesiones entre las que se incluye la materialización del Estatuto en 2020, incluida la gestión de la Seguridad Social, y «adecuar» la estructura del Estado para reconocer la identidad nacional vasca. También un nuevo impulso para el TAV, la obra por la que suspira el Gobierno vasco. En todo caso, el líder solicialista debe lanzar guiños a los nacionalistas y manejar sus expectativas, especialmente tras el acuerdo con ERC. El 'tet a tet' con con Aitor Esteban y Mertxe Aizpurua se registrará seguramente a primera hora del domingo, aunque algunas fuentes calculan que el PNV también podría hablar a «ultimísima» hora del sábado.

Más allá de las pulsiones nacionalistas de Cataluña y Euskadi, Pedro Sánchez también va a tener que lidiar con las demandas (y reproches) de los llamados partidos periféricos, los que han acabado por decantar la balanza a su favor. El candidato a la presidencia escuchará las críticas del PRC, que ha roto el beneficioso pacto firmado con el PSOE para Cantabria por las cesiones a ERC, y Coalición Canaria y las demandas de Teruel Existe y BNG, cuyo precio se ha elevado exponencialmente los últimos días. Porque esto no va solo de investidura, Sánchez los necesita de su lado para retos venideros como la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

Si Pedro Sánchez es investido el próximo martes, tiene por delante unas frenéticas horas antes de que su Gobierno eche a andar. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, podría comunicar al Rey el nombramiento nada más acabar la sesión en la Cámara baja y la toma de posesión del presidente se celebraría el miércoles. El jueves lo harían los miembros de su nuevo Ejecutivo, también la publicación de los nombramientos en el BOE. El viernes llegaría la tradicional foto de familia en las escaleras del Palacio de la Moncloa y después el primer Consejo de Ministros.