cristian reino
Barcelona
Viernes, 14 de febrero 2020, 18:53
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció el pasado 29 de enero que adelantará las elecciones catalanas en cuanto el Parlament apruebe los Presupuestos -algo que podría producirse en torno al 18 de marzo-. En un primer momento dio a entender que ... ese día firmaría el decreto de convocatoria, pero más tarde desde su entorno matizaron que lo que hará cuando la Cámara catalana valide las cuentas es anunciar la fecha de los comicios.
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Las elecciones catalanas, por tanto, no serán tan inmediatas como se preveía, sino que Torra tiene intención de alargar al máximo su mandato, aunque él mismo dijera que la legislatura estaba agotada. Todo apunta al otoño, aprovechando que es un periodo de agitación soberanista. ERC, en cambio, cree que Torra debería llamar a los catalanes a votar en cuanto se aprueben los Presupuestos. País Vasco y Galicia votan el 5 de abril y Cataluña, según Esquerra, no tendría que tardar mucho más.
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El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se mostró este viernes partidario de «no alargar exceso la legislatura, ya que en términos políticos se ha de hacer un 'reset'». JxCat y ERC mantienen una fuerte pugna por la hegemonía del soberanismo. Lo que está en juego en las elecciones catalanas es qué fuerza secesionista se hace con el poder. Esquerra reclama a Torra poder consensuar la fecha electoral, pero el presidente de la Generalitat no esta dispuesto a compartir la prerrogativa legal que le faculta para disolver la Cámara autonómica.
Quien domina el calendario, controla la iniciativa. Y los postconvergentes quieren marcar los tempos de la legislatura catalana. Aún buscan candidato y el espacio de JxCat no se ha constituido todavía como partido, por lo que carecen de una estructura organizativa y, además, quieren tratar de desgastar a ERC, que está por delante en las encuestas pero que históricamente acostumbra a pinchar en el esprint final. Los republicanos temen que Torra actúe como Artur Mas, que anunció el adelanto electoral con ocho meses de antelación. Durante todo ese tiempo, la antigua Convergència consiguió atraer a ERC a una candidatura unitaria, que al final se llamó Junts pel Sí.
JxCat y ERC pugnan por la fecha de las elecciones y chocan también por la figura del mediador para la mesa de diálogo entre el Gobierno central y el Govern. Los postconvergentes abrieron la semana pasada la precampaña con fuertes críticas contra sus socios, a los que califican de autonomistas de toda la vida y de ser «cómplices» de la represión del Estado. En ERC reconocen que sus socios les ganan en tacticismo y en épica y que además cuentan con el factor Puigdemont, que es un valor seguro para los comicios.
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Aragonès no quiso este viernes en la Ser decir si los comicios deberían ser antes o después de verano. Pero los republicanos admiten que el periodo hasta los comicios (que podrían ser el 1-O para buscar el carácter plebiscitario) puede hacerse muy largo, teniendo en cuenta que la pelea cuerpo a cuerpo ha empezado muy pronto. Torra trata de apuntarse el mérito de que los Presupuestos vayan a salir adelante y quiere marcar perfil propio en el diálogo con el Gobierno central. Antes rechazaba la mesa y ahora quiere liderarla. Si sale mal, las culpas serán para Esquerra, que es el autor intelectual, si avanza, será gracias a la presión de los postconvergentes.
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