PSC, ERC, Junts y Comuns pactan la nueva ley sobre el catalán

El tiempo apremia. En dos frentes. En el primero, el Gobierno catalán tiene hasta el martes que viene para notificar al TSJC cómo ha ejecutado el fallo judicial sobre el 25% en castellano. Por ello, la Generalitat necesitaba que los cuatro grupos se pusieran de acuerdo como muy tarde este martes, para que el proyecto de ley pueda aprobarse en el pleno de la Cámara catalana que empieza mañana miércoles y forme parte de la documentación que entregará al juez.

El Govern, además, prevé aprobar un decreto ley que apuntará que los proyectos lingüísticos son acreditados por la Consejería de Educación que será quien asumirá la responsabilidad legal sobre ellos. El presidente de la Generalitat ya advirtió este martes, no obstante, que esta doble ofensiva legal «no garantiza» al 100% poder esquivar la ejecución forzosa de la sentencia en los términos expresados por la justicia.

En un principio, las cuatro formaciones pactaron reformar la ley de política lingüística de 1998. El acuerdo lo firmaron hace dos meses pero duró apenas ocho horas. Junts se desdijo y se desmarcó del amplio consenso. En estos dos meses, se han sucedido negociaciones a cuatro bandas. Junts ha logrado preservar la ley de política lingüística de 1998, que consagra el catalán como lengua vehicular. Pero sí ha accedido a impulsar una ley nueva. En el texto inicial luego descartado, por primera vez se reconocía al castellano como lengua vehicular en la enseñanza. «El catalán, como lengua propia de Cataluña, es la lengua normalmente empleada como lengua vehicular y de aprendizaje del sistema educativo. También se emplea el castellano en los términos que fijen los proyectos lingüísticos de cada centro», señalaba.

El nuevo texto propuesto en el proyecto de ley es similar, pero al suprimir el adverbio también, el español ya no es contemplado de manera expresa como vehicular aunque sí como de aprendizaje. «El catalán, como lengua propia de Cataluña, es la lengua normalmente utilizada como lengua vehicular y de aprendizaje del sistema educativo y la de uso normal en la acogida del alumnado recién llegado. El castellano se emplea en los términos que fijen los proyectos lingüísticos de cada centro», señala. Y añade que la «enseñanza y el uso curricular y educativo del catalán y del castellano deben estar garantizados y tener una presencia adecuada en los currículos y en los proyectos educativos para que todo el alumnado alcance el dominio oral y escrito de las dos lenguas oficiales al final de la educación obligatoria».