La inmigración irregular marítima desciende en 2022 pero se disparan los saltos en las vallas

Sin embargo, el análisis pormenorizado de las estadísticas del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska reveló un dato mucho menos positivo: las entradas terrestres a Ceuta y Melilla se dispararon durante los últimos doce meses a pesar de las promesas de reforzar ambos perímetros tras los continuos saltos masivos y, sobre todo, la avalancha humana que el 24 de junio acabó con la muerte de entre 23 y 72 inmigrantes en el paso de Barrio Chino de Melilla.

El aspecto más positivo de los datos del balance de Interior fue que el número de personas llegadas por mar de forma clandestina a las costas nacionales disminuyó un 27,9%, lo que supone una reducción de 11.170 personas respecto del año anterior. En el caso de las embarcaciones, la cifra bajó en 445, un 20,7%.

El descenso más significativo en números totales se produjo en las islas Canarias. En la denominada ‘ruta de los cayucos’, con partidas desde las costas del Sáhara Occidental, Mauritania y Senegal, los inmigrantes irregulares se redujeron en 6.634, desde los 22.316 hasta los 15.682, una disminución del 29,7 % 2021. En el caso de las embarcaciones, la caída fue aún mayor, del 35,4%, 192 menos que en 2021.

«El progresivo descenso de la inmigración irregular, que disminuye por segundo año consecutivo y por tercera vez en cuatro años, se apoya en la política migratoria impulsada por Interior en este periodo, promoviendo la cooperación con los países de origen y tránsito de la inmigración y reforzando la lucha contra las mafias que trafican con personas», apuntó en una nota el ministerio, que aseguró que esta «doble estrategia» permite evitar en origen cerca del 40% de las salidas hacia el territorio español.

En el comunicado oficial no hubo, sin embargo, mención alguna a la otra cara de la moneda de este 2022: la imposibilidad de poner freno a los saltos masivos en las dos ciudades autónomas norteafricanas. Y es que, según los propios datos de Interior, las vallas siguen siendo el gran talón de Aquiles de la inmigración y ni siquiera la renovada 'ayuda' de Marruecos para contener las avalanchas humanas tras el fin de la crisis bilateral ha servido para que las cifras no empeoren.

Así las cosas, el número de ‘sin papeles’ que lograron superar las vallas de Ceuta y Melilla el pasado año aumentó en un 24,1%, pasando de los 1.845 a los 2.289 irregulares, 444 personas más que en el ejercicio anterior.

Particularmente malos fueron los datos de Ceuta con un aumento del 47% de entradas irregulares al perímetro, pasando de las 753 de 2021 a las 1.114 contabilizadas el año recién acabado.

En Melilla, el crecimiento de las llegadas de ‘sin papeles’ por vía terrestre creció un 7,6%, desde las 1.092 a las 1.175 personas.

En estas estadísticas sobre entradas irregulares terrestres a las ciudades autónomas no están contabilizados los centenares de subsaharianos que fueron deportados de forma exprés (expulsiones en caliente) tras los saltos masivos y, particularmente, después de la tragedia de Barrio Chino en el que fueron devueltos de inmediato a Marruecos sin mayores trámites a 470 inmigrantes, según las cifras del Defensor del Pueblo.