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Pablo Iglesias se ha despedido del Congreso con el anuncio de una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por cohecho contra el secretario general del PP, Teodoro García Egea. «Ya está bien de impunidad», ha afirmado el todavía vicepresidente segundo en la sesión de control ... al Gobierno celebrada en el Congreso, en la que dio por hecho que el número dos de los populares compró las voluntades de tres diputados autonómicos de Ciudadanos en Murcia para frustrar la moción de censura presentada por el PSOE y los liberales contra el Gobierno regional del PP. «Tanta paz lleves como descanso dejas», le ha contestado García Egea.
Iglesias ha anunciado que dejará su escaño antes de abandonar el Gobierno, para lo que tiene como fecha límite el próximo miércoles. Ha despejado así la incógnita que existía sobre su futro político porque así como está obligado a dejar de ser vicepresidente segundo para ser candidato en las elecciones de la Comunidad de Madrid, no tiene por qué renunciar a su acta de diputado hasta después de las elecciones autonómicas. En lo que a ética política se refiere, «no somos como ustedes», ha reprochado Iglesias a García Egea.
Sus dos últimos debates en la Cámara baja tuvieron el mismo tono entre desabrido y sarcástico que han caracterizado los enfrentamientos que ha mantenido Iglesias en estos 15 meses con el secretario general del PP y con el portavoz parlamentario de Vox, Íñigo Espinosa de los Monteros. El número dos de los populares le había instado a presentarse a las elecciones sin aforamientos como «un ciudadano de a pie», y no con el escudo de la vicepresidencia. La respuesta de su antagonista no disipó su desconfianza y ha afirmado que se creerá la denuncia cuando se lleve a efecto.
Sesión de control en el Congreso
El debate propiamente dicho enseguida se ha centrado sobre las próximas elecciones madrileñas y las posibilidades de éxito y fracaso de unos y otros. García Egea le ha augurado un negro futuro electoral porque el 4 de mayo estará en la Puerta del Sol, pero no para gobernar, sino para «sentarse en la plaza» a ver cómo lo hace el PP desde el Gobierno autonómico. Una alusión al movimiento 15-M, en el que Podemos hunde sus raíces existenciales, que tomó esa céntrica plaza de Madrid en un acampada que se prolongó durante varias semanas.
-«Ha sido un placer debatir con usted», se despidió con ironía el secretario general del PP.
-«Le agradezco su inmensa y exquisita cortesía parlamentaria», le ha replicado Iglesias.
El duelo del vicepresidente segundo con el portavoz de Vox tuvo menos socarronería y más aspereza. «Se va cinco minutos antes de que le echen» del Gobierno, le ha reprochado Espinosa de los Monteros. Ha señalado que los planes políticos de Iglesias eran «asaltar los cielos», pero la realidad es que «se marcha fracasado». También le ha preguntado si «se va a dedicar a incendiar las calles» después de abandonar el Congreso porque las posibilidades de Unidas Podemos en las elecciones son, a su entender, nulas.
«Gracias por sus amables consejos y palabras», ha respondido Iglesias en un intento de ser irónico que enseguida ha abandonado para incidir en el nerviosismo de Vox en estas elecciones porque «su candidata se presenta por otro partido», en alusión a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Un estado de ánimo, ha dicho, que no es sorprendente porque a partir del 4 de mayo «se les va a acabar el chollo» de hacer lo que se les venía en gana en Madrid.
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