Secciones
Servicios
Destacamos
La crispación que rodea la campaña electoral madrileña llegó este viernes a un punto de inflexión que empañará su recta final. El candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, abandonó un debate que se celebraba en la cadena SER con sus homólogos de otros partidos después ... de que la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio, expusiera las dudas que tiene su partido sobre la veracidad de las amenazas de muerte en forma de cartas con balas que recibieron el jueves Iglesias y su familia, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la directora de la Guardia Civil, María Gámez. «Nadie se cree ya nada de este Gobierno», afirmó la candidata de extrema derecha.
La lapidaria frase dinamitó el debate, del que se excluyó la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso. Fue la chispa necesaria para hacer estallar un polvorín que lleva alimentándose desde el anuncio de la presidenta regional de convocar elecciones, el pasado 10 de marzo. La primera reacción la protagonizó Iglesias, que abandonó el estudio indignado por las acusaciones de montaje, y después le secundaron los candidatos del PSOE, Ángel Gabilondo, y de Más Madrid, Mónica García, mientras Edmundo Bal (Ciudadanos), intentaba convencer en vano, a sus competidores de que se mantuvieran en sus asientos para no hacer el juego a Vox. «No podíamos seguir desgranando medidas cuando están en juego los derechos y libertades de la población», justificó el exministro socialista, que apartó la contención que le caracteriza para llamar «incipiente nido de dictadura» a Vox.
📽 VÍDEO | @PabloIgleisas: “Son amenazas de muerte muy grave, si permitís que sigan en este debate creo que estáis contribuyendo a la globalización del fascismo, como demócrata, tengo que abandonar el debate” https://t.co/AESTZXSFd5 #DebateSER pic.twitter.com/Yj2OWt0JtT
Cadena SER (@La_SER) April 23, 2021
El líder de los morados había pedido en su intervención inicial que se condenara sin ambages las cartas que se enviaron anónimamente y que contenían, además de una misiva amenazante, cuatro balas de fusil de asalto calibre 7,62, el utilizado con el fusil Cetme que hasta hace unos años empleaban las Fuerzas Armadas. «Esto es muy grave y va en aumento. No es aceptable que cuando el ministro del Interior ha sido amenazado de muerte, cuando la directora de la Guardia Civil, mi padre, mi familia y yo también, la candidata de ultraderecha no se retracte de sus afirmaciones», señaló.
Monasterio, lejos de rectificar y con una sonrisa, animó al candidato de Unidas Podemos a marcharse: «¡Lárguese! ¡Si es tan valiente, que se marche! Es lo que quieren muchos españoles». La candidata de Vox, que había condenado de forma genérica «todo tipo de violencia», echó en cara a Iglesias no haber hecho lo mismo con los incidentes que se produjeron durante un mitin de su partido en Vallecas, donde su líder, Santiago Abascal, se encaró con manifestantes de grupos antifascistas. Unos hechos que derivaron en una lluvia de pedradas y cargas policiales, dejando un saldo de 35 heridos y 13 detenidos.
Las tres formaciones de izquierda, que están llamadas a entenderse si suman una mayoría absoluta, entienden que Vox ha cruzado una línea roja en esta campaña banalizando las amenazas de muerte. Tanto Unidas Podemos como Más Madrid anunciaron este viernes que no participarán en más debates «en los que esté presente la ultraderecha». Una decisión que descarriló el siguiente encuentro, que iba a organizar La Sexta el próximo lunes y ya ha sido cancelado. Lo mismo ocurrió con el de RTVE, previsto para tres días más tarde.
A falta de once días para las elecciones, el tono de la campaña se hace cada vez más irrespirable, con frases que retrotraen a la política española previa a la Guerra Civil. «La ultraderecha ya no nos señala como rivales ideológicos, me llaman rata asquerosa, me llaman chepudo, van al ataque personal. Hoy son balas, ¿qué será lo próximo?», se lamentaba Iglesias tras presentar una denuncia por las amenazas en la comisaría de Policía del Congreso. «Lo hemos echado del debate de la SER y pronto lo echaremos de la política española», celebraban los de Abascal desde su cuenta oficial de Twitter.
Esto supone «un antes y un después» para la campaña de las elecciones del 4 de mayo, afirmaron desde el PSOE, Más Madrid y Podemos, que confían en que las amenazas y el debate frustrado movilicen a sus votantes remisos. Se verá si es así, pero de lo que no hay duda es que ahondará la ya elevada crispación y la profunda polarización entre ambos bloques. El temor es que se desborden las pasiones fuera de los cauces democráticos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.