Iceta y Torra cruzan dardos en las redes a cuenta de la (no) llamada de Sánchez

El episodio acabó con el reconocimiento del primer secretario del PSC de que había cometido un error. Pero al margen de ese 'mea culpa' el cruce de reproches revela las enormes tensiones que existen entre ambas partes y las dificultades con las que se toparán los socialistas para, como pretende Esquerra, atraer a JxCAT a la abstención a la investidura de Sánchez; una maniobra con la que los de Oriol Junqueras buscan no quedarse solos y neutralizar posibles críticas en un clima de contienda preelectoral en Cataluña.

La decisión de dar su brazo a torcer y aceptar a Torra como interlocutor después de dos meses negándose a cogerle el teléfono por su actitud durante las graves algaradas que siguieron a la sentencia del 'procés' en las calles de Cataluña obedece, de hecho, según explicó el jueves la secretaria general adjunta de Esquerra, Marta Vilalta, a una petición de los republicanos, que llevan más de tres semanas negociando los términos de un acuerdo para facilitar a Sánchez la formación de un Gobierno de coalición con Unidas Podemos. Pero después de que el 'president' desdeñara ayer el gesto, Iceta cargó contra él.

«Torra -dijo el líder de los socialistas catalanes- no encontraría agua en el mar. Sánchez le llamó ayer y no sirvió de nada. Soy más optimista con la negociación con Esquerra que con las llamadas«.

El presidente de la Generalitat se apresuró a contestar en las redes: «Lamentable. Es todo un engaño. El presidente Sánchez no me llamó ayer y tampoco descolgó el teléfono en un momento de máxima gravedad para el país cuando lo llamaba yo. Es difícil pensar en hacer creíble una negociación que se basa en mentiras».

A los pocos minutos,y después de que desde la Moncloa se reconociera que jamás hubo tal llamada, Iceta se veía obligado a rectificar, pero fue un paso atrás con ataque. «Al leer las declaraciones del govern y del entorno del president Torra desdeñando la llamada de Pedro Sánchez entendí que la llamada ya se habia producido. Si de verdad quiere dialogar -remarcó-la actitud ha de ser muy distinta».

Los socialistas son optimistas sobre su negociación con Esquerra, que demanda una mesa de diálogo entre gobiernos para discutir sobre el futuro político de Cataluña a cambio de la preciada abstención de sus trece diputados en la investidura de Sánchez, pero también reconocen cierto temor a que JxCAT torpedee el acuerdo y a que los republicanos acaben sucumbiendo a sus presiones.