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La hermana de los menores ahogados en Mijas: «Yo también me resbalé hacia la zona profunda y con esfuerzo pude salir»

La hermana de los menores ahogados en Mijas: «Yo también me resbalé hacia la zona profunda y con esfuerzo pude salir»

Declaró a la Guardia Civil que los tres hermanos habían dado clases de natación, pero siempre en piscinas que no les cubrían

JUAN CANO, ALVARO FRÍAS y FERNANDO TORRES

Málaga

Martes, 31 de diciembre 2019, 11:19

Habían llegado tres días antes al Club La Costa World, en Mijas, para pasar las vacaciones de Navidad. Aquel día, el de Nochebuena, se levantaron un poco más tarde de lo habitual. Tras reunirse para rezar, la familia decidió bajar a la piscina más cercana ... a su apartamento. El relato de lo que sucedió esa mañana, en la que Gabriel Diya (52 años) y dos de sus hijos (de 9 y 16 años) perecieron ahogados, proviene de las dos únicas testigos de los hechos, que son, al mismo tiempo, los únicos miembros de la familia que han sobrevivido: la madre (49) y su hija mediana (14). A partir de sus testimonios, y apoyándose en todas las pruebas periciales que se están realizando, la Guardia Civil trata de determinar cómo pudo ocurrir la tragedia.

Tras las primeras pesquisas, los investigadores se decantaron por un «accidente» motivado por la «falta de pericia» de las víctimas para nadar. La familia, en un comunicado firmado por la propia madre, que hizo llegar a los medios a través de su abogado, Javier Toro, niega este extremo y considera que «algo funcionó de manera incorrecta en la piscina». Esto fue lo que madre e hija declararon a dos agentes de la Guardia Civil en su apartamento del club La Costa apenas 48 horas después del suceso.

La menor de 14 años explicó que bajaron todos a la piscina, pero que sus padres se quedaron fuera del agua, en la zona ajardinada, y que tanto ella como sus hermanos decidieron bañarse. No hacía viento y sí «mucho sol». El agua estaba fría, pero «se podía tolerar», dijo a los investigadores. «Íbamos –continuó– a tirarnos los tres juntos de la mano, pero me di cuenta de que llevaba la toalla atada al cuerpo, así que fui a quitármela. Mis dos hermanos se lanzaron al agua y poco después me uní yo».

La forma de la piscina

La versión de la adolescente sugiere que la forma de la piscina –más profunda en el centro que por los extremos– pudo influir en el desenlace. «Normalmente nos hemos bañado en piscinas donde el desnivel empieza al inicio y va hacia el final, siendo la parte más profunda la contraria al lugar por donde se accede (la hondura va aumentando de un extremo a otro); no fuimos conscientes de que, en este caso, la parte más profunda (dos metros) está en el centro». La madre sí se dio cuenta y así se lo reconoció a los agentes: «A mi hija pequeña le dijimos que no se metiera en esa zona porque era profunda».

La menor declaró que el desnivel del fondo «les hacía resbalarse» hacía la parte central, que esa fue la causa de que sus hermanos se encontraran allí y que ella también se dirigía hacia ese lugar [refiriéndose al punto más profundo de la piscina]. «Me di cuenta de que no hacía pie, me asusté y con algo de dificultad conseguí salir [dijo que ella era la que se encontraba más cerca de las escaleras]». Confesó que no está acostumbrada a bañarse en lugares de mucha profundidad.

Cuando los agentes le preguntaron si las víctimas sabían nadar, la menor mantuvo que tanto ella como sus hermanos habían dado clases de natación en el colegio, pero que nunca se habían bañado en el mar o en piscinas donde no hicieran pie. Sobre su padre, aseguró desconocer si sabía o no, que «viajaba mucho» y que «nunca habían estado nadando juntos».

La madre, por su parte, coincidió en que sus hijos habían dado natación en el colegio y que incluso la pequeña tuvo una clase la semana antes del viaje. «Siempre han nadado en piscinas que no le cubrían, nunca en el mar. «Ellos sabían que debían estar en la zona donde hacían pie, por eso pienso que algo ajeno a ellos ha tenido que pasar para que llegaran hasta allí», afirmó la mujer, que reconoció que ella no sabe nadar y, respecto a su marido, recordó que él le decía que alguna vez lo había hecho en ríos, pero que nunca lo había visto.

El Ayuntamiento de Mijas no encuentra irregularidades en la piscina

Un equipo de técnicos del Ayuntamiento de Mijas pasó parte del día de ayer revisando y evaluando la piscina de la fase dos del Club La Costa World, en la que fallecieron los tres miembros de la familia Diya en el día de Nochebuena. Según fuentes del Consistorio, los trabajadores municipales han constatado que no hay «ninguna irregularidad» en las instalaciones, al menos en cuanto a los elementos correspondientes a esta administración, es decir, los relacionados con la licencia de apertura. «Todo está en orden», indicaron a SUR.

Por otro lado, la dirección del Club La Costa World envió ayer un nuevo comunicado, en respuesta al enviado por la familia a través del abogado fuengiroleño Javier Toro, que representa a la madre y mujer de las víctimas. En el escrito aseguran que las afirmaciones de la familia, en las que aseguran que «algo funcionó mal» en la piscina, son «incompatibles» con la versión oficial. «Las inspecciones realizadas por las autoridades confirman que las exhaustivas investigaciones llevadas a cabo concluyen que la piscina funcionaba correctamente».

El salvavidas

La menor continuó relatando que, cuando ella intentaba salir, escuchó a su hermano pidiendo auxilio. Tanto él como la pequeña tenían dificultades para mantenerse a flote. Entonces, vio cómo su padre se quitaba rápidamente los pantalones y se lanzaba al agua para ayudar a sus hermanos. Ella salió del agua en busca de un salvavidas para tirárselo a su familia, pero aseguró que le costó «mucho esfuerzo desenrollarlo del lugar en el que estaba».

Su madre corrió en busca de ayuda, «llamando a todas las puertas de los apartamentos más cercanos a la piscina». A este respecto, la progenitora declaró que se encontró con tres camareras de pisos del complejo, pero que, al igual que ella, no sabían nadar, por lo que les pidió que avisaran a recepción. Cuando los trabajadores llegaron y se tiraron al agua, ya no pudieron hacer nada por su familia. Los agentes le preguntaron cuánto pudieron permanecer en el agua. Ella respondió: «Todo pasó rapidísimo. No lo recuerdo exactamente, pero pudieron ser unos cinco minutos».

Madre e hija coincidieron en que los empleados del complejo les habían dicho que la piscina estaba abierta. «De hecho –aseveró la progenitora– me dieron un mapa donde indicaron los lugares de los que podíamos disfrutar y señalaron la piscina como uno de ellos». Ambas terminaron subrayando: «Si hubiera habido un socorrista, esto no habría pasado».

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