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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Sábado, 16 de marzo 2019, 12:32
Xuan tiene dos años y es un niño inquieto que «se porta muy bien» y es feliz en la escuela infantil de Montevil, adonde acude desde hace un año. Pero el pasado miércoles, cuando fueron a recogerle, sus padres lo encontraron llorando en brazos ... de la educadora. «Tenía una herida abierta en la cara y otras cuatro mordeduras en los brazos que le había ocasionado un compañero mientras la monitora atendía a una niña que tenía que ir al baño», explican consternados. Algo que, a su juicio, «no habría ocurrido si se supliesen las bajas de las educadoras en las escuelas de 0 a 3 como es debido».
«Somos conscientes de que este tipo de situaciones son habituales en esa edad, pero lo normal es una mordedura; no cinco», sostiene Juan Pérez, padre del pequeño. Tanto él como su mujer, Carmen María Huergo, achacan lo sucedido a la tardanza del Ayuntamiento en sustituir a una de las monitoras, que se encuentra de baja. Todo ello pese a que habitualmente «todos los centros cuentan con dos educadoras por aula», tal y como aseguró la concejala de Educación, Montserrat López, cuando fue preguntada por la situación del personal en las escuelas infantiles de la ciudad el pasado mes de febrero. «En la clase de nuestro hijo hay entre quince y veinte niños de entre dos y tres años que requieren atención constante», explican Juan y Carmen María. «La educadora tiene que estar pendiente de los que están durmiendo, de los que van al baño... Y una sola persona no da abasto, es imposible», indican, al tiempo que lamentan la «escasa dotación de personal» de estos centros.
Se unen así a las reivindicaciones de decenas de padres y educadores que en febrero salieron a la calle para reivindicar ante las autoridades municipales que se cubrieran las bajas laborales que acumulan estos centros, que llegaron a ser doce y, según el último balance aportado por la edil de Educación en el Pleno del 27 de febrero, se redujeron a cinco: dos en Montevil, una en Viesques, otra en Escolinos y una quinta en La Serena.
Tras recoger al niño, los padres de Xuan acudieron a un centro médico, donde le curaron sus heridas y elaboraron un parte de lesiones que ha sido remitido al juzgado para que actúe de oficio si es pertinente. Asimismo, mantuvieron una reunión con la dirección, «abrumada» por la situación. Incluso se plantean interponer una denuncia, pero ante todo piden que «acaben con esta dejadez que pone en peligro a nuestros hijos».
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