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El Gobierno cruza los dedos para que, en esta ocasión, la visita del rey Juan Carlos a España, la segunda desde que instaló su residencia en Abu Dabi para evitar que los escándalos que le rodean perjudicaran la imagen de la Corona, transcurra con «normalidad». ... El antiguo monarca regresará a la localidad gallega de Sanxenxo la semana que viene para participar, en línea con su visita de hace un año, en unos entrenamientos para las regatas de vela y en la Moncloa temen que el ruido que pueda generar su presencia en España sitúe a Pedro Sánchez, y por extensión al PSOE, en una situación incómoda a apenas un mes de los comicios autonómicos y locales del 28 de mayo.
Los antecedentes no resultan precisamente halagüeños. El comunicado emitido por la Casa Real el 22 de mayo de 2022, al término de la primera visita de don Juan Carlos y después de un encuentro de varias horas con su hijo en la Zarzuela, dio ya buena cuenta del malestar del jefe del Estado por cómo transcurrió aquel regreso. Desde el propio Ejecutivo se advirtió del «daño» que el comportamiento del rey emérito estaba causando a la institución que antaño encarnó y se advirtió de que había perdido una buena «oportunidad» de pedir «perdón» a la ciudadanía.
Lejos del carácter discreto que Felipe VI le había reclamado mantener en sus visitas esporádicas a España, una vez la Fiscalía del Tribunal Supremo archivó la investigación en su contra, don Juan Carlos, que llegó a Vigo en jet privado cedido por el por el emir Mohamed bin Zayed se dio un baño de masas, participó en una barbacoa, en las regatas y, para colmo, cuando una periodista le preguntó si, como había sugerido el presidente del Gobierno, creía conveniente dar «explicaciones» a los españoles, respondió con un jocoso «¿Explicaciones, de qué?». «Podría haber si mucho más cuidadoso», recriminó entonces la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez.
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Este martes, sin embargo, desde la sala de prensa de la Moncloa, Rodríguez evitó la menor exigencia o reproche. «El Gobierno no tiene nada que comentar al respecto de este viaje. Se trata de decisiones personales que no nos corresponde valorar puesto que pertenecen al ámbito privado y que ya trasladó a Su Majestad el rey Felipe VI», dijo. Fuentes gubernamentales matizaron después que no se referían a que don Juan Carlos haya informado expresamente de esta próxima visita a su hijo sino a que los términos en los que debía hacerlo ya quedaron establecidos en 2022.
En pleno periodo preelectoral, los socialistas no desean que nada eclipse el mensaje de que este Gobierno garantiza la estabilidad y que, frente a los «agoreros del catastrofismo», tiene una hoja de servicios de la que presumir en materia de crecimiento económico y creación de empleo en un contexto muy adverso. «No nos interesa hablar del rey emérito», admiten en privado. Todo lo relacionado con la Monarquía obliga al PSOE a hacer difíciles equilibrios entre su posición institucional y su discurso exigente con la transparencia. Y sus socios de Podemos, al igual que aliados parlamentarios como ERC o Bildu, no desaprovechan la oportunidad de intentar ponerles en evidencia.
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