El PP aleja el acuerdo contra la crisis al sentirse «engañado»

Feijóo está molesto porque considera que Pedro Sánchez le ha mentido al no cumplir su compromiso, sellado en La Palma, de bajar los impuestos para hacer frente a la crisis, y por adoptar medidas sin contar con el principal partido de la oposición. «Si queremos engañar a los españoles diciendo que todos nuestros males han empezado hace cuatro semanas, para eso –señaló– que no cuenten con el PP».

El líder gallego advirtió al jefe del Ejecutivo que no se lo está poniendo «nada fácil» para apoyar el real decreto ley y le urgió a corregir el rumbo si quiere contar con el respaldo de sus 88 diputados. «Si cambia su política económica y su política de gasto, podremos hablar», dijo desde Santiago de Compostela.

Algunos dirigentes consultados reconocen que Feijóo ha caído en la «trampa» que le ha tendido Sánchez, en su intento de desmarcarse de la etapa de Pablo Casado y apostar por una política de mano tendida. Estas mismas fuentes sostienen que el nuevo líder del PP tendrá «muy difícil» votar en contra de las medidas, aunque no esté incluida esa bajada de impuestos. «Los pactos –recalcó el barón gallego– se hacen para elaborar los acuerdos, no para imponerlos».

Feijóo, al igual que hizo Gamarra en el Congreso, le recriminó al presidente que pretenda echarle toda la culpa a la guerra de Ucrania a la escalada de la inflación porque sería «engañar a los españoles».

La portavoz en el Congreso tildó de «claramente insuficientes» las medidas de emergencia aprobadas por el Consejo de Ministros y supeditó su respaldo a que el Ejecutivo acepte algunas de las propuestas de su grupo como la de rebajar el IVA al 4% en los suministros básicos o la deflactación del IRPF. «El suyo es el peor Gobierno en el peor momento», afirmó Gamarra, que criticó también su «pasividad»para afrontar la crisis en comparación con el resto de potencias europeas.

La dirigente popular no se quedó ahí en sus críticas al Gobierno y arremetió con dureza contra el «giro coperniquiano» sobre el Sáhara, «uno de los capítulos más lamentables de la historia de España». Acusó a Sánchez de romper 47 años de consenso en política exterior, además de provocar una crisis con Argelia para «salir del atolladero» con Rabat. Al Gobierno alauí lo ve como la mano negra detrás de la misiva en la que España reconocía el plan de autonomía de Marruecos para la antigua colonia. «Lo que queda en duda es si ese era el contenido que quería o el que le dictaron».

La única cuestión en la que Gamarra tendió la mano al jefe del Ejecutivo ha sido en el compromiso sobre elevar el gasto en Defensa, que Sánchez ha justificado previamente desde la tribuna. «Nuestra seguridad está amenazada, y eso tiene un coste», dijo el presidente, en un órdago velado a sus socios de investidura, que se oponen en bloque a incrementar la inversión militar. «Le avanzo que nosotros estaremos aquí», se comprometió el primer partido de la oposición.

En este punto, la coordinadora general de los populares instó a Sánchez a proponer en la próxima cumbre de la OTAN de junio que se incluya a Ceuta y Melilla bajo el paraguas de la Alianza.