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Alberto Núñez Feijóo José Ramón Ladra

Feijóo pierde la primera votación de la investidura y comienzan los dos meses de cuenta atrás para Sánchez

El líder del PP se proclama vencedor moral de un debate con la amnistía del 'procés' como telón de fondo: «Nos hemos retratado todos con nuestras palabras y nuestros silencios»

Miércoles, 27 de septiembre 2023, 13:37

No hubo más que un pequeño susto, cuando un diputado del PSOE, Herminio Sancho Iñiguez, se confundió, para sobresalto de los suyos, y dio su 'sí' a Alberto Núñez Feijóo. Pero rectificó sobre la marcha. La primera votación, a viva voz, de la investidura del ... líder del PP concluyó como cabía esperar con 172 votos a favor (los del PP, VOX, UPN y Coalición Canaria) y 178 en contra, los de todo el resto de la Cámara (PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG). Feijóo no será presidente del Gobierno, salvo en el improbabilísimo caso de que algo cambie en la segunda votación que aún debe producirse este viernes, pero más allá de esa consecuencia el resultado tiene la virtualidad de empezar a hacer correr los dos meses de plazo de los que ahora dispone Pedro Sánchez para hacer efectiva la reelección.

Todas las intervenciones que tanto el martes como este miércoles protagonizó Feijóo desde la tribuna se apoyaron, más que en un intento de defender su propio programa, en la convicción de que el jefe del Ejecutivo en funciones acabará logrando su objetivo porque ningún «principio» le frenará para ello, porque no tiene remilgos para pactar con Bildu («el único partido -dijo- al que habría que hacerle un cordón sanitario») y porque está dispuesto a ceder a las exigencias de Carles Puigdemont y ERC, que han puesto la amnistía a los encausados del procés y un acuerdo para la celebración de un referéndum de autodeterminación como condiciones a su apoyo. Una suerte de moción de censura preventiva.

En su último turno, apuntaló esa estrategia. «No quiso salir ayer -afeó al presidente- porque no puede defender en la tribuna lo que defendió delante de todos los españoles hace dos meses». Feijóo dio por hecho que la decisión de Sánchez de delegar en un diputado tan beligerante como Óscar Puente la respuesta a su discurso no hace sino ratificar que ya ha claudicado ante el secesionismo. «Ha decidido escapar para no decir la verdad. Quien calla otorga. Y veremos la intensidad de su silencio, lo que otorga y lo que exige. Lo que no podremos saber nunca es si lo que les dará será suficiente pero eso no depende de usted», reprochó.

Consciente de su derrota, el líder de los populares se proclamó, sin embargo, vencedor moral del debate. «Ha valido la pena, nos hemos retratado todos -dijo-. Con nuestras palabras y nuestros silencios. Porque ha quedado demostrado que hay una alternativa al modelo de chantajes y concesiones aquellos no creen en nuestro país. Y porque ha evidenciado que los ciudadanos acudieron a las urnas con una información que se les ha hurtado». «Estoy convencido de que, de haber sabido lo que sabemos ahora -remató-, esta investidura sería distinta».

No todos los eventuales socios de Sánchez dieron, sin embargo, ni ayer ni hoy, tan por descontada que habrá otro Gobierno capitaneado por los socialistas como el líder de la oposición o como, en las últimas semanas, el propio presidente en funciones que, en una conversación con periodistas en la sede de la ONU, en Nueva York, exhibió la semana pasada su «optimismo».

En la segunda jornada del debate, tocaba el turno de Bildu, el PNV, BNG y Coalición Canaria. Bildu fue meridianamente clara. Tras identificar al PP con el régimen del 78 que su portavoz, Mertxe Aizpurua, dijo abiertamente querer «romper», confirmó que dará su apoyo al PSOE y dijo que lo hará motivada por tres razones «el antifascismo, la defensa de la clase trabajadora y la supervivencia» de la nación vasca. «Estamos en el lado correcto; en el de los derechos humanos». llegó a decir después de acusar a los populares de reaccionarios. Feijóo recordaría después su condena por apología del terrorismo en 1984, cuando ejercía de directora de la revista 'Punto y hora', comprada por ETA en 1978.

El PNV -al que Feijóo interpeló con crudeza y cuya coherencia cuestionó de forma tan tajante que provocó un clarísimo enfado de su portavoz, Aitor Esteban- dejó abierta sin embargo la puerta a una repetición electoral. Ni el PP ni el PSOE creen que esa postura responda a nada más que una baza negociadora. De ahí los reproches del líder de la oposición, que destinó toda réplica a Esteban a subrayar las contradicciones de que un partido como el PNV prefiera un Gobierno del que forma parte Sumar y un presidente al que el propio Andoni Ortuzar, presidente del Euskadi Buru Batzar, acusó de tratarlos «como un Kleenex», a un Ejecutivo liderado por él.

«¿Qué es lo que les une? ¿Van de la mano en política fiscal?. ¿Van a decir a la industria vasca que su modelo de relaciones laborales es el de Sánchez?. ¿Comparten ideario en materia de vivienda? Porque es Bildu el que hace las leyes y después ustedes la recurren», ironizó Feijóo. Esteban había puesto encima de la mesa la principal razón de su negativa a discutir siquiera la posibilidad de un apoyo al presidente del PP, con el que no obstante se ha reunido en estos meses hasta en dos ocasiones. «Hay una ballena en la bañera», dijo en alusión a Vox. «¿Quiere decir que usted no va a votar a un candidato que tiene a Bildu en medio?». Eso fue también en parte lo que irritó a al portavoz nacionalista, las continuas apelaciones de Feijóo a que el PNV está haciendo de 'pagafantas' al apoyar a quien ha propulsado electoralmente a su principal rival en Euskadi «blanqueándolo» y convirtiéndolo en interlocutor clave.

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