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La rueda de las conformidades en el juicio por la visita del Papa comenzó a rodar este martes en la Audiencia Nacional. Los 13 acusados que alcanzaron un acuerdo extraprocesal con la Fiscalía empezaron a declarar con un nombre clave en la diana, Juan Cotino. ... El expresidente de las Cortes valencianas hombre fuerte del PPP en esa comunidad se enfrenta a 11 años de prisión en esta pieza del 'caso Gürtel' por su presunta responsabilidad en las contrataciones irregulares del Encuentro Mundial de las Familias de 2006.
Sin embargo, dos nombres que no están en el banquillo de los acusados salieron a colación en las confesiones de los arrepentidos. Se trata del expresidente de la Generalitat Francisco Camps y, la sorpresa de la jornada, el de Esteban González Pons, actual eurodiputado del PP y en aquella época consejero de Relaciones Institucionales.
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Fue el principal acusado en el juicio, Pedro García Gimeno, quien puso sobre la mesa del tribunal sus nombres. El que fuera director general de la Radiotelevisión Valenciana (RTVV) se enfrenta a 40 años de prisión y su acuerdo con Anticorrupción deparó la primera gran sorpresa de la vista oral. Declaró que Camps y González Pons le dieron instrucciones en la gestión del macroevento -RTVV fue la encargada de dar la señal y realizó un desembolso de casi 7,5 millones de euros-. «Recibí una llamada telefónica de Camps, en la que me dice que no dijese que no a ningún requerimiento que viniese de la organización y que diese todas las facilidades para que las peticiones se llevasen a cabo», reveló a la Sala.
García también detalló que en febrero de 2006 recibió una llamada de González Pons en el que le dio una indicación concreta. Le dijo que el responsable del «grupo Correa» en Valencia, Álvaro Pérez, 'el Bigotes', estaba molesto porque le habían dejado fuera de las contrataciones de la visita del papa Benedicto XVI y que «había que darle el tema de las pantallas y la megafonía».
Tras esta llamada, García confesó que contrató a la empresa Teconsa, que según la Fiscalía era una sociedad instrumental para favorecer a Francisco Correa, ya que no tenía experiencia previa en en este tipo de servicios y sí en obra y construcción. Según la instrucción, de esa operación varios acusados, entre ellos el arrepentido, se acabaron repartiendo una presunta mordida de casi 3,4 millones de euros.
Como si se trata de un ejercicio de redención, el acusado se abrió en canal ante el tribunal. «Recibía muchas órdenes políticas tanto por los contenidos del informativo como por las contrataciones, lo que ya era habitual con mis antecesores. Estoy arrepentido de haberme dejado llevar y de haber caído en la tentación».
El exdirector de RTVV concluyó dejando un recado al Arzobispado de Valencia. Sugirió sin mencionarlo que el cardenal Agustín García-Gasco, fallecido en 2011, le comunicó que tenía interés en que el ente público se hiciese cargo de la señal de televisión de la visita del Papa, así como de la instalación de pantallas y megafonía. El servicio que luego acabó en manos de Teconsa.
De forma previa, Álvaro Pérez, 'el Bigotes', otro de los arrepentidos, sí tiró a dar a Cotino. Declaró que éste tenía la «última palabra en todo» lo relacionado con el evento y afirmó que fue Camps quien puso a su entonces consejero al mando de la gestión del acto. Además, reconoció que se quejó al presidente de que su empresa, Orange Market, no había recibido ningún contrato. De ahí, quizá, la presunta llamada posterior de González Pons al director de RTVV para que le diera algo.
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