Ander Azpiroz
Viernes, 8 de febrero 2019, 19:02
El juicio por malversación de fondos a causa del espionaje que supuestamente unos miembros del Gobierno madrileño de Esperanza Aguirre habrían ordenados sobre otros vivió este viernes una nueva jornada de declaraciones contradictorias.
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Uno de los testigos fue Francisco Granados, uno de los hombres fuertes ... en la Comunidad de Madrid hasta su caída política e implicación en el 'caso Púnica'. Aseguró que, como consejero de Justicia, ordenó una investigación interna que descartó que se hubiera producido este espionaje por parte de guardias civiles y policías nacionales. También negó que los supuestos agentes le hubieran informado de las labores que estarían realizando. En la comisión de investigación sobre este tema en la Asamblea de Madrid, sí reconoció que se habían realizado «contravigilancias y servicios de escoltas», pero nada más.
Tras Granados, compareció ante el tribunal Alfredo Prada, ex consejero regional de Justicia e Interior y uno de los dirigentes del PP que habría sido víctima de los seguimientos ilegales. El miércoles, dos de los agentes afirmaron en la Audiencia que, por interés del entonces vicepresidente Ignacio González, se les encomendó seguir a Prada, Manuel Cobo y Cristina Cifuentes. «El problema es que había acontecimientos estrictamente privados y familiares en los que participaban mis hijos menores de edad, lo cual es preocupante; es un tema que hace un enorme daño personal y familiar», señaló Prada.
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