ERC vuelve a ceder ante Junts para intentar desbloquear la investidura de Aragonès

Los republicanos, sin embargo, confirmaron este viernes que votarán a favor de Madaula, dirigente del ala más radical de JxCat y que ni siquiera tiene formación jurídica para sentarse en la Mesa del Parlament. Madaula pidió en una ocasión a sus compañeros de bancada que negaran el saludo a los diputados no soberanistas cuando se cruzaran en los pasillos del Parlament.

Esquerra cede por segunda vez para tratar de allanar la investidura de Aragonès. La primera fue para la elección de Laura Borràs como presidenta del Parlament, una dirigente sobre la que Oriol Junqueras había dicho en campaña que si fuera de Esquerra no sería candidata al estar imputada por corrupción. ERC defendía que el voto a favor de Borràs debía implicar el apoyo automático de los junteros a la investidura de Aragonès. Pero no fue así. En las dos votaciones celebradas a finales de marzo, los de Puigdemont se abstuvieron y tumbaron el intento del dirigente de ERC de alcanzar la presidencia de la Generalitat.

Resuelto el escollo de Madaula, Esquerra y Junts tienen hasta el 26 de mayo para cerrar un acuerdo. La presión aumenta pero los avances no aparecen. Aragonès hará este sábado balance del estado de las negociaciones. La ANC apretó este viernes poniendo en circulación un autobús que recorrerá Cataluña reivindicando la mayoría independentista y urgiendo a formar gobierno.

Los posconvergentes insistieron en que el punto central de las conversaciones es la hoja de ruta soberanista. «Estamos para ejecutar el mandato del 52% que ha votado independencia», afirmó la diputada en el Congreso Míriam Nogueras. Toni Comín, de Junts, fue más explícito el miércoles pasado: «La negociación está encallada porque ERC no dice qué hará si fracasa la mesa de diálogo» entre el Gobierno y la Generalitat.

Esa es la cuestión que impide que a día de hoy sean capaces de sellar una alianza, además del reparto de poder, la estrategia en Madrid y el papel del Consejo para la República. Junts había apuntado estos últimos días que podría apoyar la investidura y luego pasar a la oposición. Todo sigue abierto.