Vista del Kremlin. EFE

Espías rusos de leyenda al servicio de la causa del 'procés'

Andréi Bezrúkov y su esposa Elena Vavílova operaron en EE UU hasta ser descubiertos en 2010

Rafael M. Mañueco

Moscú

Martes, 7 de septiembre 2021, 23:02

Andréi Bezrúkov, de 61 años, y su esposa Elena Vavílova, de 58, ambos antiguos agentes del KGB y del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), mantuvieron contactos con Josep Lluis Alay, un alto colaborador del expresidente catalán, Carles Puigdemont, con el objetivo de recabar ... la ayuda del Kremlin para posibilitar la secesión de Cataluña. Así lo asegura un informe de inteligencia europeo al que ha tenido acceso el rotativo estadounidense 'The New York Times'.

Publicidad

Esta pareja de agentes durmientes o «encubiertos operó en Estados Unidos con los nombres falsos de Donald Heathfield y Tracey Foley hasta junio de 2010, cuando fueron descubiertos y arrestados por el FBI, junto con otros ocho espías rusos. Todos ellos inspiraron la serie televisiva 'The Americans' y fueron canjeados por cuatro agentes dobles rusos que habían trabajado para Occidente y fueron por ello condenados en Rusia a distintas penas de cárcel.

Ya de vuelta en Moscú, Bezrúkov y Vavílova reconocieron haber cometido «errores» que pusieron al FBI tras la pista de sus actividades de espionaje. Aparentemente, no fueron asignados a ninguna nueva misión hasta que, supuestamente, Alay pidió al empresario ruso afincado en Cataluña, Alexánder Dmitrenko, su ayuda para contactar con la cúpula rusa en solicitud de asistencia para hacer realidad un estado catalán independiente de España.

Según un mensaje de texto obtenido por la Policía del teléfono móvil de Alay en octubre de 2020, éste hacía alusión a los agentes de la serie 'The Americans', en referencia a Bezrúkov y su cónyuge. Con él se reunió primero y después con Vavílova, a la que ayudó a traducir al catalán su novela autobiográfica «La mujer que sabe guardar secretos».

Dmitrenko, casado con una catalana y al que Madrid denegó en 2019 la concesión de la nacionalidad española, también participó en la traducción. Al empresario ruso y a Alay se les vincula con la creación del grupo radical Tsunami Democràtic, aunque ambos lo niegan.

Publicidad

Según un documental de la cadena norteamericana CBS difundido el año pasado, el FBI supo de la presencia en Estados Unidos de varios grupos de espías rusos a partir del año 2000. Se hacían pasar por estadounidenses, adquirían identidad falsa, trabajaban o estudiaban allí y todo con el objetivo de acceder a círculos en donde poder conseguir información confidencial de seguridad.

Entre ellos estaban Donald Heathfield (Bezrúkov), Tracey Foley (su esposa), Michael Zottoli (Mijaíl Kútsik), Patricia Mills (Natalia Perevérzeva), Juan Lázaro (Mijaíl Vasenkov) y Richard y Cynthia Murphy (Vladímir Guríev y Lidia Guríeva). También la explosiva pelirroja Anna Chapman, que no tuvo que cambiar su identidad al estar casada con un británico, y la peruana Vicky Peláez. Mijaíl Semenko fue el único que no ocultó su identidad.

Publicidad

Intercambio de 'traidores'

Fueron intercambiados por cuatro «traidores»: el científico ruso, especialista en armamentos, Ígor Sutiaguin, que cumplía en Rusia una condena de 15 años de reclusión, el antiguo coronel del GRU (inteligencia militar), Serguéi Skripal, condenado a 13 años de cárcel y víctima de un ataque con «novichok» en Salisbury, el ex informador del SVR, Alexánder Zaporozhski, en un penal desde 2003 y con 11 años de condena que tenía aún por delante. Se cree que pudo estar implicado en la detención en EE UU de los topos al servicio de Moscú en la CIA y el FBI, Aldrich Ames y Robert Hansen. Por último Guennadi Vasilenko, del antiguo KGB, relacionado también con el caso Hansen.

Bezrúkov, coronel de graduación y nacido en la localidad siberiana de Kansk, es actualmente consejero de la petrolera estatal rusa Rosneft, profesor en el Instituto Estatal de Moscú de Relaciones Exteriores (MGIMO), miembro del Consejo de Política Exterior y Defensa de Rusia y columnista del diario 'Izvestia'. Vavílova, también coronel en la reserva, vino al mundo en la ciudad siberiana de Tomsk, trabaja en la empresa Norilski Níkel, el mayor productor mundial de níquel. Domina el inglés, el francés y el alemán. La pareja es asidua de distintas tertulias televisivas y tiene dos hijos, Timoféi y Alexánder.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad