Escrivá, el 'Pepito Grillo' de las cuentas públicas entra en la Moncloa
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Su intachable trayectoria profesional e independencia le avalan para hacer frente al gran reto pendiente de reformar las pensionesPerfil ·
Su intachable trayectoria profesional e independencia le avalan para hacer frente al gran reto pendiente de reformar las pensionesJosé Luis Escrivá (Albacete, 1960) es una de las grandes bazas que guardaba en su chistera Pedro Sánchez: el 'guardián' de las cuentas de la Administración Pública sucederá a Magdalena Valerio y gestionará a partir de ahora la mayor partida de gasto del Estado: los ... cerca de 150.000 millones que cada año se destinan al pago de los más de nueve millones de pensiones. El nuevo ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones (una vez que este departamento se ha desgajado de Empleo) tiene además por delante la gran asignatura pendiente que arrastra el país desde años atrás: la remodelación del sistema para cerrar el agujero que acumula la Seguridad Social desde el año 2012.
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Lo paradójico de este nombramiento es que el que hasta ahora hacía de 'Pepito Grillo' del Gobierno se sentará en uno de los sillones de La Moncloa y, además, designado en su cargo como presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) por el anterior Ejecutivo del PP, eso sí, con respaldo unánime del resto de grupos parlamentarios. Éste sin duda será una de los puntos fuertes que tiene: que goza del consenso de todos los partidos políticos, además de exhibir una trayectoria profesional intachable e independiente. Así lo ha demostrado al menos durante los casi seis años que ha estado al frente de la AIReF (precisamente su mandato finalizaba el próximo mes), una institución pública creada en 2014 por exigencias de la Comisión Europea, que tras el rescate financiero de 2012 vio necesario un organismo independiente que velara por las cuentas del Estado y advirtiera de los desequilibrios presupuestarios antes de que se produjeran. Y a Escrivá hay que atribuirle el mérito de haberla creado de la nada y auparla a gozar de un prestigio del que pocas instituciones pueden alardear.
Pero no fue una tarea fácil y, de hecho, llegó a presentar su dimisión hasta en cinco ocasiones con el fin último de asegurar su independencia. De ahí que los que le conocen destacan su fuerte personalidad pero también su elevada profesionalidad y rigor intachable. Que no se ha casado con nadie lo demuestra el hecho de que ha echado rapapolvos a unos y otros sin ningún pudor y sin importarle los colores: al Gobierno por elaborar Presupuestos con unos ingresos descompensados, a varias Administraciones públicas por llevar a cabo una mala gestión de las subvenciones, a las políticas activas de empleo así como al gasto farmacéutico, en becas o el I+D; incluso no se ha librado ni Correos, al que ha recomendado no repartir diariamente correspondencia, ni el Tribunal de Cuentas, con el que protagonizó unos de los grandes enfrentamientos al ponerle en evidencia por incumplir en la contratación y gestión del personal.
Pero hasta que Cristóbal Montoro le propuso para fundar la AIReF, este economista acumuló una amplia experiencia con diferentes puestos de responsabilidad: fue director para las Américas del Banco Internacional de Pagos de Basilea desde 2012 hasta su incorporación a la AIReF en marzo de 2014 y anteriormente desempeñó diferentes puestos en el Banco de España, fue asesor del Instituto Monetario Europeo y, desde el inicio de la Unión Monetaria, jefe de la División de Política Monetaria del Banco Central Europeo. Entre 2004 y 2010 ejerció de economista-jefe y director del Servicio de Estudios del Grupo BBVA y, posteriormente, director general del área de Finanzas Públicas del mismo grupo.
Todo este bagaje le será muy útil para ese gran reto que tiene por delante: reformar las pensiones, para lo que -tal y como se ha comprometido el actual Gobierno- tendrá que volver a vincular la subida de las prestaciones con el IPC, algo que él mismo admitió que si no se toman medidas dispararía la deuda pública al 130% del PIB; derogar el factor de sostenibilidad y hacer una serie de medidas que permitan aumentar los ingresos de las debilitadas cuentas del sistema. Las recetas por las que aboga la AIReF es seguir profundizando en la reforma de 2011, subir la edad de jubilación, ampliarlos años para el periodo de cálculo de la pensión y que sea el Estado el que asuma esa «situación contable discutible» que llaman déficit así como todos los gastos que no sean pagar las pensiones contributivas.
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