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No fue hasta el último minuto, cuando ya no había posibilidad de réplica. Isabel Díaz Ayuso aprovechó los últimos compases de su investidura para romper su silencio y defenderse de los escándalos que la rodean. «Me relacionan con un caso de corrupción cuando nadie ... me ha llamado nunca a declarar», aseveró.
La nueva presidenta regional se presentó como víctima de una campaña «deleznable» y «machista», que atribuyó a la izquierda, y aseguró que con ella se había traspasado una línea al poner a su familia en el punto de mira. La dirigente del PP denunció las «medias verdades» que se han dicho, en especial, sobre su padre ya fallecido y advirtió a sus adversarios de que ella nunca jugaría con esa moneda de cambio. «No escarbaré en la vida de sus difuntos», zanjó.
La sombra de la corrupción sobrevoló este miércoles la investidura de la popular y subió los decibelios de un debate, que se tornó bronco por momentos. Las formaciones de izquierda aprovecharon la sesión en la Asamblea de Madrid para agitar los fantasmas que acechan a Díaz Ayuso y augurarle un mandato breve. «No apostaría nada mío por que fueran cuatro años», avisó Iñigo Errejón.
El portavoz de Más Madrid y la popular protagonizaron un durísimo enfrentamiento que superó lo político para convertirse en un intercambio de descalificaciones personales y que augura una legislatura tensa. El exdirigente morado minusvaloró a Ayuso por no «aguantar un debate de quince minutos» y apuntó a su limitada capacidad de oratoria.
La presidenta contraatacó acusando al que fuera tándem electoral de Manuela Carmena el 26 de mayo de ser «el personaje más traidor de la política española» y de tener las manos «manchadas de dictadura». Ayuso arremetió contra el currículum y las «compañías» de Errejón y le reprochó haber dado la espalda a Pablo Iglesias en el momento más difícil» de Podemos. «Le dio la espalda a la persona que le dio todo cuando de repente le interesó la política madrileña», insistió Ayuso, que no descarta que el portavoz de Más Madrid deje tirados a sus compañeros de partido para dar el salto a la arena nacional de nuevo.
El exdiputado morado eludió responder a los ataques sobre su pasado y se centró en pedir «explicaciones» a la dirigente del PP sobre el posible alzamiento de bienes que habría presuntamente cometido, el supuesto trato de favor que le habría dado AvalMadrid o su presunta relación con la 'trama Púnica'. «Ustedes pelean –le recriminó– para ganar una prórroga y frenar la acción de la justicia».
No fue el único reproche que tuvo que escuchar Ayuso. La portavoz de Podemos, Isabel Serra, condenó su relación con la corrupción del PP tras haber «crecido con ella» bajo el manto de Esperanza Aguirre, del que dijo es «hija política». La portavoz morada convirtió su turno la Cámara regional en una suerte de comisión de investigación sobre los escándalos que la afectan y vaticinó que la nueva mandataria autonómica «va a salir rana». «Nos va a hacer pasar por el mismo bochorno que nos hizo pasar la señora Cifuentes», remachó.
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