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Queda un mes para que se celebren los comicios en Castilla y León, pero el PP está ya volcado en una precampaña que en la dirección nacional conciben «no como unas elecciones autonómicas más», sino como una cita en la que se juegan «la consolidación del cambio de ciclo político», que se abrió el pasado 4 de mayo tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso en las urnas. Los populares aspiran a que los comicios del próximo 13 de febrero sean vitaminas para sus siglas y catapulten a Pablo Casado hasta la Moncloa.«Ese día hay que elegir entre caer en el socialismo de Pedro Sánchez o creer en el futuro», aseveró este sábado el secretario general, Teodoro García Egea en la inauguración del congreso regional del PP de Castilla y León que reeligió presidente a Alfonso Fernández Mañueco.
Una cita en la que la formación conservadora escenificó una imagen de unidad interna, con la participación de todos los barones territoriales, incluida Díaz Ayuso, tras la tregua con Génova escenificada esta misma semana. Aunque la dirección del PP y la dirigente madrileña han aparcado las tensiones que en los últimos cuatro meses han convulsionado el partido, el conflicto sigue intacto. De ahí, que García Egea insistiese en León en llamar a evitar las divisiones. «El poder está en la unidad, y cuando más unidos estemos -exhortó-, más fuertes estaremos».
Unidad como «receta de éxito» electoral y el recuerdo de «los ataques que hemos sufrido» como aglutinante. El secretario general del PP voló en su intervención al momento de la moción de censura que registró el socialista Luis Tudanca en marzo y que no prosperó porque Ciudadanos votó al lado de sus socios. «Aquí en Castilla y León, Sánchez intentó atacar un gobierno de libertad», relató García Egea, utilizando «la muleta naranja».
Al igual que hizo Díaz Ayuso, los populares intentan confrontar con Sánchez como estrategia para movilizar en las elecciones y llaman a elegir el 13-F entre «caer en el socialismo» «o creer en el futuro». Un futuro que para el dirigente conservador se traduce en una disyuntiva, entre «ponerle la alfombra roja a Sánchez» para que entre en esta comunidad tras 32 años de gobierno ininterrumpido del PP o ponérsela «a la libertad, el crecimiento y la prosperidad. «No hay otra opción» que pueda ganar las elecciones, dijo García Egea, en un intento de atraer el apoyo de los votantes de Ciudadanos, a los que las encuestas no dan más de un procurador en las Cortes castellanoleonesas.
El PP no está dispuesto a aflojar la presión sobre el Gobierno y el secretario general aprovechó su intervención para volver a cargar contra el reparto «a dedo» de los fondos europeos como si fueran «subvenciones» del PSOE. García Egea justificó la ofensiva política y legal de su partido contra esa distribución arbitraria, que llevará a Europa, como «la última línea de defensa» para evitar que los socialistas hagan con los recursos procedentes de Bruselas «lo mismo que con los ERE en Andalucía».
El dirigente popular exigió que el reparto del dinero se haga de forma «objetiva y técnica» frente a la amenaza de que se haga un uso «sectario» para favorecer a las comunidades donde el PSOE y sus socios gobiernan. Por cuestiones como ésta, o la polémica de Alberto Garzón sobre la calidad de la carne, los conservadores consideran que el 13-F «son más que unas elecciones» porque, avisan, «nos jugamos el futuro de varias generaciones».
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