N. Erausquin / P. Lamadrid
Domingo, 27 de enero 2019, 11:08
En el momento más crítico para la minería y con un sector llamado a la extinción y denostado por muchos, las Cuencas sacaban ayer pecho de sus ocho paisanos, los miembros de la Brigada de Salvamento Minero que con un esfuerzo titánico lograron llegar hasta ... el cadáver del pequeño Julen. Este accidente ha convertido en 'héroes' a estos profesionales y ha servido para reivindicar la profesión ante toda España en el momento más crítico de su historia, pero los vecinos del Nalón y del Caudal insisten en que, aunque este caso les ha dado más visibilidad, el reconocimiento en casa ya lo tenían. Ahora reclaman que puedan seguir demostrando su profesionalidad y la descarbonización no se lleve la brigada también por delante.
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Varios alcaldes mineros destacaban ayer a este periódico el orgullo que sentían sus vecinos de la historia y tradición de un cuerpo ligado a un sector que es más que un mero recurso económico para sus comarcas. «Confiemos en que su actuación en el rescate de Julen no se quede, simplemente, en un broche de oro con el que poner fin a más de dos siglos de minería en Asturias, que siempre estuvo caracterizada por la valentía, el arrojo y la capacidad de sufrimiento y lucha de miles de trabajadores de esta tierra», afirmó la alcaldesa de Lena, Genma Álvarez, que considera a los ocho miembros de la brigada «inmejorables representantes» del sector. De este concejo son vecinos, precisamente, cuatro de sus integrantes.
En Laviana residen otros dos. Su alcalde, Julio García, también destacó el papel de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa. «Han demostrado a toda España lo que ya conocíamos en nuestra tierra: la valía, determinación, profesionalidad y generosidad de nuestros mineros». A la vez aprovechaba pare reivindicar el mantenimiento de este cuerpo. «De algún modo habrá que articular los mecanismos necesarios para seguir contando con profesionales de esta talla. Espero que todo el país nos apoye en tan complicada labor», aseguró, para añadir que «es un lujo que no podemos perder».
Hace menos de un mes que cerró el pozo Santiago, en Aller, y su alcalde, David Moreno, sigue reivindicando la necesidad de mantener «un sector estratégico como la minería». Como hijo y nieto de mineros, «acostumbrado a la incertidumbre diaria de saber si tu padre va a volver a casa», se mostró orgulloso de los ocho brigadistas, pero también de todos los profesionales de este sector, «baluarte de la lucha social y la conquista de derechos», frente a las críticas y «el empeño por demonizarlo». Además, recordó que, en 2012, en la Marcha Negra, los mineros también fueron recibidos como héroes en Madrid, en una emocionantes llegada tras cientos de kilómetros de caminata.
En Langreo, donde se ubica el pozo Fondón, sede de la Brigada de Salvamento Minero, el orgullo también se palpa en el ambiente. De hecho, allí apareció ayer colgada una pancarta de apoyo a los brigadistas. Los miembros de este grupo son conocidos en la localidad, así como antiguos integrantes, y su valor se da por descontado. «No nos sorprende nada, lo que cambia es que ahora lo sabe toda España», explicó el alcalde del municipio, Jesús Sánchez, que en el fondo considera un «sinsentido» que este reconocimiento a la profesionalidad de este equipo llegue a la par que la minería vive «su peor momento».
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Como para el resto de regidores, la brigada ha demostrado que «su formación y profesionalidad no solo sirve para la minería, sino para otras situaciones extremas» y lleva muchos años demostrando estas cualidad, «incluso en situaciones más complicadas y peligrosas». «Desgraciadamente ahora se ha visualizado de forma más rotunda lo que significa», declaró.
Esta «versatilidad» también fue destacada por el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, que recordó que la brigada no solo trabaja en minas, sino también en túneles o, como en este caso, pozos. «Espero que no haya prisa por acabar con ella como la hay con la transición energética», espetó, para recordar el entrenamiento y preparación que tienen los integrantes de este equipo.
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Por su parte, el portavoz del Gobierno del Principado, Guillermo Martínez, trasladó ayer un mensaje de apoyo y solidaridad hacia los familiares del pequeño. «Ahora lo que hay que hacer es estar con la familia de Julen, que ha recibido esa noticia y, además, lleva muchos días en una situación en la que necesita la compañía y la solidaridad de todo el país». En segundo lugar, Martínez quiso «hacer un reconocimiento a todo el personal que ha intervenido en este rescate y especialmente a la Brigada de Salvamento Minero». También hizo alusión a este equipo de especialistas pertenecientes a la plantilla de Hunosa la presidenta del PP en Asturias, Mercedes Fernández, quien aseguró que el hecho de que finalmente no se pudiese rescatar con vida al pequeño Julen no debe empañar el gran trabajo efectuado por los equipos de rescate, y especialmente, por la brigada.
Ante la «sacudida y dolor que produjo la muerte de este niñito de dos años», la presidenta del PP asturiano señaló que los mineros desplazados desde la región abordaron la «compleja y difícil tarea» de rescatarlo «con profesionalidad y entrega». «Hay que reconocer y poner en valor lo que hay en Asturias en el ámbito de la minería, que no solo es el carbón, también son sus equipos de rescate que, como se ha visto estos días, pueden tener tantas utilidades», afirmó. Se da la circunstancia de que el futuro de la brigada se decidirá en las negociaciones que mantienen los sindicatos con Hunosa para elaborar el nuevo plan de empresa.
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