El PSC cree que el debate sobre el delito de sedición ya está «amortizado» entre sus votantes

En el Palau de la Generalitat recuerdan al presidente del Gobierno que en la última reunión de la mesa de diálogo celebrada en el mes de julio acordaron avanzar en la desjudicialización y en homologar el Código Penal a los estándares europeos. Y a pesar de que el PP ha situado la cuestión de la reforma del delito de sedición como su principal argumento para atacar a Sánchez, con la bandera de que el PSOE «cede ante los golpistas independentistas», en el entorno de Pere Aragonès confían en que la negociación con el Gobierno acabará dando frutos en la próxima reunión de la mesa de diálogo, prevista para antes de final de año, en principio después de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado.

Antes de la ruptura entre PSOE y PP, en las filas republicanas ya casi daban por hecho el acuerdo con el Gobierno. Tras el anuncio de los populares de levantarse de la mesa con los socialistas, podrían generarse dudas en el lado secesionista, ya que la negociación está ahora rodeada de mucho más ruido, cuando hasta ahora ha sido muy discreta, pero en la Generalitat creen que avanzará igualmente.

La posición del PP, muy contundente contra el Gobierno, y la ruptura con Sánchez no cambia las negociaciones con ERC sobre el delito de sedición, según coinciden en interpretar desde el socialismo catalán. En el PSC cierran filas con el presidente del Gobierno y precisan que la reforma del delito es un compromiso del jefe del Ejecutivo. Como con los indultos, este debate ya está «amortizado» para los votantes socialistas en Cataluña, según consideran en el PSC.

En Junts, mientras, siguen reclamando que se derogue el delito de sedición y no ven suficiente la reducción de penas, como plantea el Gobierno. Ajeno al debate, después de complicar las conversaciones entre socialistas y republicanos al asegurar que emisarios del PSOE le habían trasladado ofertas en Waterloo, Carles Puigdemont viajó este lunes a Prades, en Francia, a rendir homenje a Pompeu Fabra, muerto en el exilio francés en 1948. Prades está muy cerca de Perpiñán y de la frontera con España. A diferencia de Clara Ponsatí el sábado pasado, Puigdemont no pisó suelo español.