CRISTIAN REINO
Barcelona
Martes, 12 de noviembre 2019, 10:26
El Parlamento catalán protagonizó este martes una de esas sesiones que ejemplifica la actual situación política que se vive en Cataluña. Con los votos de JxCat, ERC y la CUP, la Cámara catalana aprobó una moción presentada por la formación anticapitalista que expresa la « ... voluntad de ejercer de forma concreta el derecho a la autodeterminación y de respetar la voluntad del pueblo catalán».
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Un desafío al Tribunal Constitucional que la Fiscalía ya investiga por si hubo desobediencia, aunque el texto aprobado no fuera publicado en el boletín oficial de la Cámara catalana por orden expresa del secretario general del Parlament, Xavier Muro, por lo que la moción deja de tener validez legal. «Hoy se ha producido un pellizco de monja», expresó de forma gráfica el portavoz del PP Alejandro Fernández sobre lo que ocurrió en el hemiciclo.
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Y es que, el presidente del Parlament, Roger Torrent, realizó un quiebro de última hora para tratar de esquivar al Constitucional y poder seguir adelante con la votación. Aunque los grupos de la oposición le acusaron de pisotear los derechos de los grupos políticos, Torrent avanzó a primera hora de la mañana el debate y votación de la moción, para adelantarse a la reunión del Tribunal Constitucional y evitar que se votara un texto suspendido y burlar de esta forma la desobediencia. Su objetivo era aprobar el texto antes de que se pronunciara la corte de garantías. Fue un quiebro completo, pues los plenos de la cámara catalana se celebran habitualmente entre el miércoles y el jueves.
Torrent siguió adelante con la moción, a pesar de que está advertido de las posibles consecuencias penales si tramita textos que reafirmen el objetivo de la autodeterminación -como el de este martes-, ya que contraviene resoluciones anteriores del Tribunal Constitucional. El Gobierno central reclamó el viernes pasado que suspendiera la admisión a trámite de la moción . Fuentes de la Moncloa recordaron este martes que ya pidieron a la corte que dedujera testimonio contra el presidente del Parlament catalán, por desoir sus sentencias y ahora están a la espera de la decisión que adopte el tribunal de apelación. Aunque este martes la Fiscalía decidió abrir diligencias de investigación por su cuenta.
El Alto Tribunal también anticipó su reunión pero no llegó a tiempo para suspender la votación. En el momento de la aprobación, Torrent aseguró que no había recibido una notificación formal de que el texto estuviera anulado. Fue cuestión de minutos. El presidente de la Cámara proclamó el resultado a las 10.06 y tres minutos después los servicios jurídicos del Parlament recibían un correo según el cual se comunicaba que se suspendía la admisión a trámite de la moción.
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Era tarde, aunque Torrent, que este martes recibió su cuarto aviso de que puede estar traspasando la línea de la desobediencia, se cubrió las espaldas no publicando el texto. Adujo que son los letrados quienes publican los textos y que ellos se habían mostrado en contra por las consecuencias que podía comportar.
La moción en lo que hace referencia a la autodeterminación fue aprobada por 61 votos (los de los tres grupos secesionistas: JxCat, ERC y la CUP-). Los diputados de Catalunya en Comú se abstuvieron, mientras que los del PSC y PP no votaron. Los de Ciudadanos abandonaron el hemiciclo poco antes de la votación.
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El quiebro de Torrent no solo puso en alerta al Constitucional e indignó a los grupos de la oposición, sino que volvió a avivar el enfrentamiento entre JxCat y ERC. Incluso le provocó un choque con el Govern que le acusó de falta de respeto institucional. Los postconvergentes no le perdonan que se negara a permitir la investidura de Carles Puigdemont y las críticas fueron ayer mayúsculas por su marcha atrás final.
Este regate de Torrent no es nuevo en el independentismo que lleva años amagando, tirando la piedra y escondiendo la mano. Ocurrió el 27-O de 2017, cuando se aprobó la declaración unilateral de independencia, que tampoco se publicó en el boletín oficial del Parlament ni en el diario oficial de la Generalitat.
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El independentismo sigue instalado en la retórica. Porque mientras expresó que ejercerá la autodeterminación, la portavoz del Govern señaló que no hay calendario para ello. A pesar de que el propio Quim Torra puso como fecha antes del final de la legislatura. Éste, que ayer deslizó que no se siente respaldado, se disculpó por no haber dado una respuesta a las sentencias «a la altura».
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