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Miércoles, 15 de abril 2020, 13:30
Buscaron el crimen perfecto y al final acabarán entre rejas. Rosa Peral y Albert López, agentes de la Policía municipal de Barcelona, pareja sentimental y acusados en el llamado crimen de la Guardia Urbana, un triángulo amoroso con final trágico, han sido condenados a 25 ... y 20 años de prisión, respectivamente, por el delito de asesinato con alevosía de Pedro Rodríguez, otro policía municipal de Barcelona, que estaba relacionado sentimentalmente con la condenada. El tribunal del jurado de la Audiencia de Barcelona los declaró culpables hace tres semanas y ahora el magistrado presidente del tribunal que los juzgó hace un mes les ha condenado a prisión y les ha impuesto el pago de una indemnización de 885.000 euros.
Según recoge la sentencia conocida hoy, «ambos acusados empezaron a trazar un plan con el fin de quitar la vida a la víctima, decidiendo finalmente ponerlo en marcha la noche del 1 al 2 de mayo de 2017». Ese plan consistía, añade, en «esperar para la consumación del crimen a que la víctima estuviera dormido o descansando sin que se produjera ninguna comunicación más entre ellos». No querían dejar rastro alguno. El crimen, según detalla el fallo judicial, es un caso escabroso de celos y engaños amorosos. Así, los dos agentes de la policía barcelonesa condenados a prisión iniciaron una relación sentimental en 2012, mientras Rosa Peral vivía junto a su marido y sus dos hijas menores de edad. Peral inició una relación sentimental con la víctima, Pedro Rodríguez, también Guardia Urbano de Barcelona, en 2016, noviazgo que «simultaneó» durante un tiempo con su matrimonio y con el otro acusado. Fue en diciembre de 2016 cuando la procesada se separó de su hasta entonces marido y padre de sus hijas. A partir de aquel momento, «la relación sentimental entre Rosa Peral y la víctima se intensificó fuertemente y ambos se fueron a vivir a casa de ella.
Según la sentencia, en enero de 2017, Albert López descubrió el vínculo amoroso entre Rosa y la víctima, produciéndose a consecuencia de ello un total distanciamiento y un frontal enfrentamiento entre ambos acusados, al tiempo que Albert López decidió desvelar a la víctima que Rosa había iniciado su relación sentimental con él cuando todavía mantenía su relación con el procesado. Todo ello generó en el ahora condenado un sentimiento de «hostilidad profunda hacia la víctima» y un «firme deseo de revancha». Entre marzo y abril de 2017 se produjo un nuevo y paulatino acercamiento entre Rosa Peral y Albert López, que desembocó en que finalmente ambos acusados llegaran a la conclusión de que la víctima, por diversas razones, obstaculizaba su relación, por lo que decidieron matarle.
El 2 de mayo de 2017, en el piso de la víctima en la localidad de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), «agredieron a la víctima y le privaron de su vida de forma violenta», relata la sentencia. Posteriormente, intentaron deshacerse del cuerpo, metiéndolo en un coche y prendiendo fuego al vehículo en el área del pantano de Foix, dentro del término municipal de Castellet i la Gornal (Barcelona). Durante el juicio, el fiscal preguntó directamente a Rosa: «¿Este crimen no es una diabólica y perversa prueba de amor?». »Por supuesto que no«, respondió. La sentencia ha acabado dando la razón al fiscal.
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