Llevamos semanas de angustia, impotencia y dolor esperando que la pandemia doble por fin el pico de los contagios y fallecimientos. Pero no llega. Porque no solo esperamos con zozobra que empiece a disminuir la multiplicación de infecciones sino, sobre todo, que llegue el momento ... en que el gobierno de coalición de Sánchez e Iglesias doble el pico de su ineficacia. Probablemente una cosa llevará a la otra. Desbordado por una realidad catastrófica que no responde a las previsiones del portavoz fusible que no acaba de saltar, Fernando Simón, Sánchez ha decidido este fin de semana echar un arriesgado órdago cerrando las industrias y dejando en coma inducido la actividad productiva de todo el país.

Publicidad

Hay que cruzar los dedos, a ver si esta vez los improvisadores de la Moncloa dan con la tecla. Porque hasta el momento el equipo formado por socialistas y podemitas ha demostrado una nula previsión dejando sin respiradores, mascarillas, trajes de protección, suficientes, a los enfermos y sanitarios. Ha fallado estrepitosamente en la gestión de residencias de mayores, en la coordinación con las comunidades autónomas y en sus intentos de adquirir en el mercado los imprescindibles productos sanitarios en competencia con otros países y con los timadores profesionales. Dijeron que después de diez días de confinamiento empezaría a bajar el nivel del virus y la realidad es que el sistema sanitario está a punto de entrar en colapso. A esta colección de desastres de gestión hay que añadir una política de comunicación manifiestamente mejorable basada en el principio máxima reiteración, mínima información. Demasiado voluntarismo anunciando que acabaremos venciendo juntos, que estamos llegando al pico, que hay algunos datos esperanzadores.

Pero el país no quiere palmaditas en el hombro. Quiere la verdad pura y simple; quiere datos. Si hay que alarmarse nos alarmaremos, pero sabiendo la verdad. Lo peor es estar más preocupado por lo que hará el Gobierno que por la pandemia. No se puede decir alegremente, como ayer la ministra de Trabajo de Podemos, que con el cierre de la producción «vamos a salir más fuertes y con un mejor tejido productivo». O sugerir que esta vuelta de tuerca en el confinamiento es como adelantar las vacaciones de Semana Santa. El gobierno tiene que olvidarse del poder, de la imagen, de la propaganda, de buscar culpables y sacar cuanto antes al país de este coma inducido en el que estamos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad