Colau pide a la Generalitat retirar la DUI

En la víspera de que el presidente de la Generalitat comparezca en el Parlament con una declaración de independencia sobre la mesa, Colau ha opinado sobre ello desde la Galeria Gòtica del Ayuntamiento barcelonés. Así, ha reiterado su negativa tanto a que Puigdemont emita dicha declaración independentista como a que Rajoy aplique el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía catalana.

Colau se ha dirigido directamente a Puigdemont: "Los resultados del 1 de octubre no pueden ser un aval para proclamar la independencia". Incluso les ha instado a que frenen la escalada de tensión que "no lleva a ninguna parte" ni a Cataluña ni a Barcelona. "No es el momento del choque de trenes, es el momento del diálogo y de imaginar nuevos caminos", ha añadido.

A ambos les ha pedido abandonar "las trincheras, el lenguaje de vencedores y vencidos" para encarar con ello una solución dialogada al conflicto, y ha asegurado que percibe entre los barceloneses preocupación y tristeza.

Considera que la votación del 1 de octubre ha abierto una posibilidad a la mediación internacional en el conflicto entre Cataluña y el resto del Estado, y avisa a los dos presidentes de que "el acto más valiente" que podrían hacer es dialogar y aceptar esta mediación, renunciando a sus respectivos planes actuales.

Al presidente catalán lo ha definido como un hombre de principios que se debe a un programa electoral en que se incluía la independencia, pero a la vez le ha advertido de las consecuencias negativas de este proyecto político: "No hay que precipitarse. No podemos poner en peligro la cohesión social ni las instituciones catalanas".

A Rajoy le ha pedido abandonar la idea de suspender la autonomía catalana; dejar a un lado la "intervención" de las instituciones catalanas y retirar de Cataluña el dispositivo policial extraordinario que el Estado desplegó con motivo del 1 de octubre.

Así, Colau ha reclamado "gestos de distensión" de los dos presidentes, les ha acusado de ser protagonistas de una escalda en el conflicto que no beneficia a nadie y les ha avisado de que es momento de construir puentes en vez de dinamitarlos.

Ha concluido que Cataluña está en un cruce de caminos histórico y que ante este escenario no vale ni respuesta unilaterales -la Generalitat- ni medidas coercitivas -el Estado-, y ha apelado a empezar un diálogo desde las instituciones en el que ella está dispuesta a implicarse.

La alcaldesa ha considerado que hay "mayorías parlamentarias" que permiten afrontar un diálogo con garantías y ha elogiado al principal grupo de la oposición en el Congreso, el PSOE, por haber empezado a hablar de diálogo y de negociación política.

Colau ha dicho que la sociedad catalana es plural y diversa, y que así lo prueban las movilizaciones de los últimos días: desde el referéndum del 1 de octubre hasta las concentraciones por el diálogo del sábado y la manifestación contra la independencia del domingo: "Todas ellas son legítimas y merecen ser escuchadas".

Ha sostenido que la votación del 1-O merece una especial mención, ya que más de dos millones de personas participaron en ella y evidenció ser un acto de soberanía popular que ha demostrado el "agotamiento del modelo autonómico en Cataluña".