Ciudadanos encareció este martes su posible respaldo a los Presupuestos del Estado después del malestar interno generado por la negociación con el Gobierno y su política de mano tendida a Pedro Sánchez. Inés Arrimadas avisó al jefe del Ejecutivo de que si quiere el «sí» ... de sus diez diputados tendrá que rectificar la 'ley Celaá' y recuperar el carácter vehicular del castellano en la enseñanza de Cataluña. «Debe rectificar y retirar esa enmienda si quiere contar con nuestro apoyo», aseveró la líder de los liberales.
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Aunque en un principio la exigencia no entraba dentro de las líneas rojas para apoyar las cuentas públicas, la presión interna que ha sufrido Arrimadas en las últimas 72 horas ha hecho a la dirección dar marcha atrás y tratar ahora de evitar esa «contrapartida» a Esquerra Republicana. «A Sánchez -aseveró la dirigente naranja- le ha llegado la hora de elegir cuál de las dos vías quiere: la moderada, de Ciudadanos, o la de hacer feliz a Oriol Junqueras».
No será la única condición que la formacion liberal ponga encima de la mesa para blindar su 'sí' a las cuentas estatales. Los liberales quieren que el presidente del Gobierno se comprometa por escrito a que no habrá un referéndum secesionista en Cataluña. Una petición que ya se recogía en el 'pacto del abrazo' que el secretario general del PSOE y el entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera, suscribieron en febrero de 2016. «Queremos certidumbre porque tenemo dudas de lo que va a pasar», insisten en la dirección.
En el plano económico, los liberales reclaman un modelo europeo de rescate a los autónomos, como ya avanzaron al Gobierno la semana pasada en su reunión con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, además de un plan de conciliación para las familias. La formación de Arrimadas quieren que los progenitores que deban cuidar de sus hijos en cuarentena por coronavirus y no puedan teletrabajar tengan derecho a una baja laboral.
La aceptación de esas nuevas líneas naranjas, insisten en Ciudadanos, serán la diferencia entre que el Gobierno opte por la moderación que representa el partido de Arrimadas o por los nacionalistas de Esquerra. «Sánchez tiene que elegir entre una vía moderada o de concesión al separatismo», remarcó la líder naranja. Y mientras el presidente del Gobierno elige, Ciudadanos seguirá sentado en la mesa de negociación con la mano tendida «hasta el final». «Vamos a estar -recalcó- hasta el último minuto». En el entorno de Arrimadas aseguran que de no asumir el Ejecutivo estas cuatro peticiones, no les temblará el pulso a la hora de pulsar el botón del 'no'. «Votaremos en contra de unos Presupuestos con medidas de Ciudadanos», subrayan.
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Desde el Gobierno, de momento, guardan cautela. La titular de Hacienda optó -tras el Consejo de Ministros- por no dar demasiado pábulo no solo a la advertencia de Ciudadanos sino también a los comentarios de su compañero de partido, el presidente de Aragón, Javier Lambán, quien en Onda Cero expresó sus recelos ante el hecho de que el Ejecutivo busque un pacto con ERC y otras fuerzas que «no creen en el proyecto de país». Lambán mostró su desacuerdo con algunos de los guiños lanzados por el Ejecutivo a los independentistas y añadió que Ciudadanos, en cambio, le parece «un socio muy tranquilizador».
No es el primer barón socialista que hace comentarios similares. También el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, mostró en una entrevista en 'La Razón' este fin de semana su incomodidad con el contenido de la ley de educación en lo que al uso de la lengua se refiere, elogió los esfuerzos «loables» de los de Arrimadas por llegar a consensos «aunque sea dejándose pelos en la gatera» y cargó contra Podemos, que desde hace semanas maniobra abiertamente por expulsar a los liberales de la negociación. «Podemos es uno de los actores que juega a establecer dos Españas y no me gusta», reprochó.
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La presión de estos dos dirigentes no hará, en todo caso, la mínima mella en los planes de Sánchez. Hace tiempo, desde que en 2017 ganó las primarias a Susana Díaz, que el presidente se siente libre para tomar decisiones ignorando el parecer de quienes antaño fueron a la guerra en su contra. Su apuesta sigue siendo la de sacar los Presupuestos con Cs pero también con los soberanistas. Lo que parecía la cuadratura del círculo ya se ha revelado posible en la votación de las enmiendas a la totalidad del proyecto, que tendrá lugar mañana. Y en Moncloa creen que, pese a los aspavientos de unos y otros, podrán mantener los apoyos hasta el final.
Montero remarcó, de hecho, que tampoco se dejará afectar por los empellones de sus compañeros de coalición; el último el de Pablo Echenique, que ridiculizó en Twitter la preferencia de Lambán por los «socios de la ultraderecha». La ministra portavoz se comprometió a trabajar para que todos aquellos que van a permitir que los Presupuestos se puedan tramitar (es decir, los que no presentan enmienda a la totalidad) «puedan salir satisfechos» de sus negociaciones y acaben apoyando el texto. «No creemos que sea momento de vetos cruzados ni que haya que estar más pendientes del con quién que del qué», dijo en un claro reproche a los de Iglesias. Ni siquiera cerró la puerta a aceptar alguna enmienda del PP o incluso de Vox, pero dejó claro que dará prioridad a las propuestas de quienes no han querido tumbar las Cuentas sin siquiera debatirlas.
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