Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado Vídeo: Atlas

Casado cierra el expediente a Ayuso en un intento desesperado por atajar la crisis del PP

Cede a las presiones internas y acepta la explicación de la presidenta sobre el contrato de su hermano tras un encuentro entre ambos

Sábado, 19 de febrero 2022

El PP se asoma a su propio abismo sin que haya, de momento, una salida ni fácil ni a la vista en la guerra sin cuartel que libran Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Han pasado 72 horas desde que saliese a la luz el ... episodio más turbulento en la vida interna del partido y la sensación generalizada es que, más allá de contratos bajo sospecha o presuntos espionajes, lo que está en el centro es una lucha absoluta por el poder. La intervención de Alberto Núñez Feijóo, el barón por antonomasia, reclamando una solución rápida para no tener que forzar un congreso extraordinario ha servido al menos para que el líder del PP y la presidenta madrileña hayan celebrado un encuentro a solas. Y para que Génova decidiese archivar por sorpresa el expediente contra ella, en un intento por cerrar la hemorragia que está desangrando al partido en medio de las presiones de los barones y de otros cargos.

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Casado siguió el consejo, o más bien la directriz, del presidente gallego y citó a última hora del viernes a la dirigente madrileña en su despacho de la calle Génova para intentar rebajar la tensión y acercar posturas. Pero la reunión fue «infructuosa», aseguran fuentes del Gobierno regional, dejando ver que la fractura está lejos aún de solventarse. E insisten en que es preciso depurar responsabilidades por la campaña de insidias emprendida por la dirección nacional, a la que acusan de seguir filtrando informaciones falsas para tratar de derribar a Díaz Ayuso.

En Sol, sede del Ejecutivo madrileño, relatan que el líder conservador pidió a la presidenta regional que «dijera en un comunicado que no había sido investigada por el PP» como un primer paso para firmar la paz. A cambio, según la versión del entorno de Díaz Ayuso, le levantaría el expediente informativo que la dirección ha abierto para evaluar su conducta. La baronesa se negó, de ahí que la reunión naufragase.

Génova, sin embargo, lo desmiente e incide en que Casado únicamente dejó claro en la reunión que el partido «nunca ha ordenado ninguna investigación sobre actividades profesionales de su entorno» y que «emprendería acciones legales» contra cualquier persona que afirmara lo contrario. El PP confirmó, además, que en los próximos días, cuando se reúna el Comité de Derechos y Garantías, se procederá a cerrar el expediente con el que amenazó a Díaz Ayuso en el fragor de la batalla. Así se lo trasladó Casado a la dirigente autonómica tras dar por buenas sus explicaciones y una vez entregados los papeles del contrato que se le había requerido en dos citas anteriores.

Preocupación en las bases

Según esa documentación, Tomás Díaz Ayuso –al que el propio Casado señaló el viernes como posible receptor de un pago de 286.000 euros por actuar de intermediario– cobró 55.580 euros por traer mascarillas de China en pleno confinamiento. La presidenta insiste en que la empresa pagó a su hermano, que lleva trabajando 26 años como proveedor del sector sanitario, «no por una comisión» para obtener un contrato público, sino por las gestiones realizadas para conseguir el material y su traslado a Madrid. Aun así, las sombras y las dudas sobre una empresa sin ninguna experiencia en el sector y el papel exacto desempeñado por su familiar persisten. La izquierda ha denunciado ya el contrato ante Anticorrupción.

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Casado movió este sábado ficha para tratar de salvar su cuestionado liderazgo. Retiró el expediente como acto de buena voluntad para tratar de calmar las aguas. Los barones coinciden en el sentimiento de preocupación, indignación y enfado que se extiende en las bases del partido y los cargos del PP, entre los que cunde la sensación de que al menos el relato lo ha ganado Díaz Ayuso, a quien consideran una víctima de la dirección nacional.

Y mientras, entre bambalinas, han empezado los movimientos para intentar activar la celebración de un congreso nacional – extraordinario o de urgencia– que sirva para poner orden al partido y recobrar impulso. La inquietud es palpable en los territorios, donde afloran duras críticas a la gestión del número dos de Casado, Teodoro García Egea, y cuyos responsables temen que el conflicto se enquiste arrastrando a toda la organización.

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Acongojados por que esto puede llegar a un punto de no retorno, Alberto Núñez Feijóo se ha erigido en portavoz para reclamar un armisticio entre Génova y Sol para atajar la crisis. Porque de lo contrario, avisó, podría tener que solucionarse en un congreso extraordinario que dirima el liderazgo del PP. Ese escenario es el que Pablo Casado y su círculo tratan ahora de evitar a toda costa.

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