Pablo Casado no dará «ningún paso atrás» en la batalla contra los indultos a los dirigentes independentistas condenados por su participación en el 'procés', que califica de «golpe a la legalidad» y «desfalco de la soberanía». Aunque el líder del PP siente las «presiones» para ... no rechazar la medida de gracia, está dispuesto a asumir el coste político que puede suponer esta estrategia ahora que disfruta el viento de cola de la victoria incontestable en Madrid que ha disparado al partido en todas las encuestas. Así se lo trasladó este lunes a los grupos parlamentarios de las Cortes, a los que reunió en el Congreso mientras el presidente del Gobierno esbozaba en el Liceo de Barcelona su hoja de ruta para afrontar el conflicto en Cataluña. «Preferimos perder votos antes que perder el alma», aseveró.
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Ante sus diputados y senadores, Casado reafirmó la posición contraria del PP a la concesión de los indultos, un movimiento que, denunció, servirá para «blindar un segundo 'procés'» una vez que los condenados abandonen la cárcel y con el que Pedro Sánchez busca «perpetuarse» en el poder. El dirigente conservador acusó al socialista de aprovecharse de la crisis catalana para impulsar un «cambio de régimen» y «desarmar el Estado» en alianza con los separatistas. «No está intentando aprovechar una oportunidad histórica para arreglar un problema nacional. Sánchez aprovecha ese problema causado por el supremacismo de sus socios y el apaciguamiento del PSOE –remarcó– para dar continuidad a su proyecto de cambio de régimen».
El líder de la oposición cerró la puerta a debatir cualquier opción de pactar una amnistía –que el Gobierno rechaza por no tener encaje constitucional– o un referéndum de autodeterminación y planteó los próximos comicios generales del 2023 como un plebiscito para que los ciudadanos se posicionen sobre esta medida de gracia. «Que el PP gane las próximas elecciones es fundamental para la continuidad histórica», arguyó.
En su intervención, Casado acusó a Sánchez de haber retorcido la ley para conceder por primera vez unos indultos a «quien no lo solicita, no se arrepiente y amenaza con reincidir». Un gesto detrás del que ve su voluntad de amarrar la mayoría parlamentaria que le ha permitido llegar hasta la Moncloa y con el que busca «blanquear» a los soberanistas.
El líder de los populares retrató ante los suyos a un jefe del Ejecutivo entregado al independentismo, que ni negocia ni informa a los demás partidos constitucionales, y que, en lugar de aplicar la ley y de blindar el cristal contra los aluniceros de la secesión, «les abre la puerta para que entren». Según dijo, el socialista es «el político menos fiable y destructivo» de la democracia, responsable además de una agenda «suicida y extravagante» para España y que persigue, en última instancia, acabar con el PP.
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A pesar de las numerosas presiones que en los últimos días ha recibido de la patronal, de los obispos catalanes, y de los sindicatos para que no hagan campaña contra los indultos, en la dirección nacional del PP se mantienen firmes y aseguran que no variarán un ápice su posición. Al contrario, insisten en que «hay que denunciar el cambio de los contrapesos que quiere cambiar Sánchez con los nacionalistas» y advierten: «ningún lobby nos apartará del camino». «El apaciguamiento no es una opción», señaló Casado.
Los populares niegan que el perdón que llegará hoy en forma de indulto parcial a Oriol Junqueras y a los otros ocho líderes soberanistas se conviertan en un bálsamo para restañar las heridas abiertas en Cataluña, ni que se vayan a otorgar en aras del consenso y la concordia como defienden desde la Moncloa. Recuerdan a Sánchez que la soberanía nacional reside en el pueblo español, representado por las Cortes Generales y que son éstas las que controlan al Gobierno, legislan y «representan a España entera».
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El portavoz político de Vox, Jorge Buxadé, ha censurado la imagen del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «arrodillado» ante el separatismo catalán explicando la concesión de los indultos a los presos del 'procés', para lo que además cuenta con el apoyo de la «casta» que a su juicio representan los sindicatos tradicionales y la CEOE. «Pedro Sánchez vuelve a arrodillarse ante el golpismo, el separatismo y la barbarie», ha denunciado Buxadé,.
Desde Ciudadanos, Inés Arrimadas ha considerado que «indultar a los golpistas no se hace en nombre de Cataluña» y ha acusado al Gobierno de confundir el separatismo con Cataluña. La presidenta de los liberales ha avisado a Sánchez de que «el único reencuentro que va a encontrar es el de los golpistas con el 'procés».
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