La alumna aventajada que encara el examen final de la pandemia

Con este máster acelerado y siendo ya una alumna aventajada, Darias sonó desde el principio en todas las quinielas para sustituir a Illa. Era un «relevo natural», consideran en Ferraz. Y no solo por los conocimientos adquiridos, también por el talante conciliador y sereno del que comparte con su antecesor. En una entrevista publicada el pasado mayo en este periódico, en plena carrera territorial por la desescalada, en la que algunas comunidades presionaban para pasar de fase antes, la ministra evitó formular cualquier tipo de crítica contra otros partidos o Ejecutivos regionales. «Tengo la máxima confianza en todas las comunidades y en sus responsables políticos, tengo claro que van a actuar con la máxima responsabilidad», dijo entonces.Una senda que mantendrá casi con toda seguridad.

Discreta y defensora del consenso, cuando Darias fue elegida por Sánchez para formar parte del Gobierno ejercía como consejera de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias. Solo llevaba seis meses en el cargo, pero antes, en 2015, se convirtió en la primera mujer que presidió el Parlamento insular. Empezó su carrera en 1999 y lo hizo como casi todos, con una concejalía en el Ayuntamiento de su ciudad, Las Palmas. A partir de ahí pasó por todos los escalafones: subdelegada del Gobierno en la provincia, diputada autonómica, delegada del Gobierno y portavoz del PSOE en el Cabildo de Gran Canaria.

Ahora toma las riendas de unministerio que ha pasado de ser secundario a convertirse en la cartera que más miradas ha acumulado durante toda la legislatura y tras dos estados de alarma. Cuentan entre las filas socialistas que Darias no se ha mantenido como simple observadora de la crisis sanitaria, sino que estudiaba con tesón cualquier informe técnico o libro que cayera en sus manos referente a la pandemia sin dudar en consultar sus dudas a médicos y epidemiólogos.

Sin embargo, el reto al que Darias se enfrenta ahora es casi mayor al que encaró Illa en marzo. Aunque entonces se tenía menos conocimiento del virus y la vacuna no formaba parte del horizonte, ahora España está sumergida en plena tercera ola tras registrar el peor fin de semana de toda la pandemia, después de que el virus se esté cobrando el precio de las reuniones familiares en Navidad y fin de año.

El plan de vacunación también hace aguas, entre problemas de suministro y un gran escándalo por las autoridades y funcionarios que se han saltado su turno. Aún queda el examen final.