Sánchez autoriza ahora al Rey a viajar a Cataluña

Felipe VI presidirá con Sánchez la entrega de premios de Barcelona New Economic Week y visitará en la Zona Franca la firma 3D Factory Incubator. El motivo es lo de menos, aunque la Moncloa resaltó que la presencia del Rey y del presidente es una muestra del compromiso con la nueva economía. Lo sustantivo es la rectificación de una decisión que caldeó la ya enrarecida convivencia institucional.

La ausencia del Rey, después de 20 años de asistir a la entrega de despachos a la promoción de nuevos jueces, fue, según el Gobierno, «colegiada» con la Corona. Una concertación que la Zarzuela, como es su costumbre, ni ha confirmado ni ha desmentido, pero que causó profundo malestar en el Consejo de General del Poder Judicial y proporcionó argumentos a la oposición para acusar a Sánchez de amordazar a Felipe VI para contentar a los independentistas.

El ministro de Justicia volvió a ser la voz gubernamental para explicar que la visita de este viernes obedece a un cambio de «circunstancias» porque ya ha pasado el tercer aniversario del referéndum del 1-O y se ha producido la inhabilitación de Quim Torra, razones que se arguyeron hace dos semanas. El Gobierno justificó la ausencia del Rey porque buscaba contribuir a la «convivencia» y así dejó entrever que era desaconsejable su presencia ante los posibles disturbios que ocasionarían la efeméride y la sentencia. Un temor infundado porque las protestas fueron casi testimoniales. Un perfil bajo previsible por la desmovilización del independentismo radical y los efectos de la pandemia.

La presencia conjunta de Felipe VI y Sánchez en Barcelona apunta a una operación de imagen de armonía institucional tras las interpretaciones que motivó el veto de hace quince días. El silencio de la Zarzuela contribuyó a dar pábulo a que las relaciones entre ambas casas atraviesan horas bajas, y los esfuerzos de la Moncloa por desmentirlas, sumados a las palabras de Sánchez de «rotundo compromiso» con la Monarquía parlamentaria, fueron insuficientes para disipar las suspicacias.

La visita dos semanas después no va ser, además, un bálsamo para las deterioradas relaciones con la Generalitat. Aunque aún no hay posición oficial, el vicepresidente y presidente encargado, Pere Aragonès, no va acompañar al Rey en sus actos en Barcelona porque no tiene previsto en su agenda acudir, según apuntaron fuentes de su entorno. Mantendría de esa manera el boicot de los independentistas al jefe del Estado en sus viajes a Cataluña en respuesta a su discurso 48 horas después del referéndum ilegal de 1 de octubre de 2017.

La número dos del PSC, Eva Granados, reclamó al presidente interino que sea el anfitrión del Rey y demuestre que algo ha cambiado al frente de la Generalitat. «Es necesario –dijo– que el Govern esté presente». Pero Esquerra Republicana, el partido de Aragonès, lo descartó y exigió a Felipe VI que «se disculpe y pida perdón» por aquella intervención del 3 de octubre de hace tres años. «El Rey no es bienvenido», advirtió este lunes la portavoz republicana, Marta Vilalta.

Los CDR, aunque su capacidad no es la que era en lo que a movilizaciones se refiere, anunciaron este lunes que saldrán a la calle. «Este viernes, el caudillo del régimen del 78, Felipe de Borbón, desembarca en Barcelona con Pedro Sánchez. Los CDR saldremos ala calle para recordarle que no es bienvenido». No detallan más en su cuenta de Twitter, aunque tampoco se esperan algaradas de grueso calibre.