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Cristian Reino
Barcelona
Martes, 4 de octubre 2022, 10:54
El Govern catalán celebró este martes su reunión semanal. Fue la primera sin la presencia del exvicepresidente, Jordi Puigneró, cesado la semana pasada por Pere Aragonès. Y puede que fuera la última para los consejeros postconvergentes, si la consulta convocada por su partido da como ... resultado la salida del Ejecutivo.
La incertidumbre es muy grande. Aragonès trasladó este martes al conjunto de sus consejeros, a los de ERC y Junts, que confía en la continuidad del actual Gobierno catalán. Eso sí fue una mera cortesía, pues ya tiene preparados todos los escenarios, pase lo que pase en la consulta interna de Junts.
Las elecciones anticipadas están descartadas de entrada. También la cuestión de confianza, que le piden algunas fuerzas como la CUP y el PP y amenazó Junts. Si en la consulta juntera se impone la opción que apuesta por la ruptura, Aragonès trabaja en un plan para gobernar en solitario. ERC tiene 33 diputados (sobre 135), por lo tanto necesitará tejer nuevas alianzas, con el PSC y los comunes, que tienden la mano, pero ni mucho menos gratis. Socialistas y comunes no quieren elecciones en Cataluña para no perjudicar al Gobierno central.
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Si las bases de Junts deciden quedarse en el Ejecutivo, Aragonès también tiene previsto hacer cambios y ahí una crisis de gobierno gana puntos, empezando con el cese de los consejeros de Junts que en las filas republicanas consideran menos leales al consejo de gobierno del que forman parte. La criba empezó con Puigneró y podría incluir unos cuantos consejeros más.
En el entorno del presidente de la Generalitat creen que el sí ganará en la consulta, es decir, consideran que vencerá la opción de la permanencia de Junts en el Govern. Sobre qué prefieren, en el equipo del jefe del Ejecutivo entienden que hay pros y contras para las dos opciones. Con la salida de Junts se acabarían las peleas casi diarias que erosionan a la administración catalana, pero lo que ganaría en estabilidad lo perdería en apoyos parlamentarios. La legislatura podría hacerse muy larga con una base de solo 33 diputados.
En cualquier caso, y pase lo que pase en la votación postconvergente, Aragonès sí prevé tomar decisiones de inmediato, en un signo o en otro, pues se está instalando la imagen de un Govern paralizado y solo pendiente de sus cuitas internas, en el peor momento de la crisis de inflación y carestía de la luz y el gas. Para combatir esta percepción, el Govern anunció este martes la creación de una empresa pública de energía.
El resultado es incierto en la consulta de Junts. Laura Borràs siempre ha creído que tenía el apoyo mayoritario de la militancia, pero en cambio, en el congreso del partido, cuando las bases votaron en julio la elección de los dirigentes, Jordi Turull y Anna Erra obtuvieron más votos que la expresidenta del Parlament. De los 6.000 militantes, votaron 2.200 personas. Las espadas están en todo lo alto y la vieja guardia convergente, junto con los expresos del 'procés' salieron este martes en tromba para defender la permanencia del partido en el Govern. Dirigentes como Jordi Sànchez, Josep Rull, Quim Forn, Xavier Trias o la consejera Alsina se posicionaron a favor de quedarse en el ejecutivo. Vivieron la larga travesía del desierto de Mas en la oposición y no quieren que se repita la experiencia. «Votaré un sí claro», afirmó Sànchez, que argumentó que la unidad independentista está en juego en la consulta. «Tenemos que hacer todos los esfuerzos para mantenernos», aseguró Forn. «Abandonar el Gobierno, ¿nos acerca o nos aleja de la independencia?», preguntó Alsina. «Está claro que ERC no está cumpliendo el acuerdo», dijo, pero a su juicio «renunciar a estar en el ejecutivo, pone las instituciones catalanes en manos del PSC y cierra la carpeta catalana durante años». «Es más fácil hacer oposición a ERC desde dentro de la Generalitat y levantar la voz», remató en elnacional.cat. Tras estas palabras, fuentes de ERC expresaron que lo mejor es que Junts se marche del Ejecutivo.
En el lado opuesto, los que apuestan por salir ya del Govern son Laura Borràs, Carles Puigdemont, Toni Comín, Albert Batet, Josep Rius y Jordi Puigneró. Borràs calificó al Gobierno de Aragonès de «fraudulento», dijo que es un ejecutivo de «colisión» y no de coalición y dio por hecha la ruptura, pues se refirió al gabinete de Aragonès de Govern de 33 diputados. «Un Govern de 33 diputados no tiene legitimidad democrática», remató.
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