Los expresidentes Felipe González y José María Aznar. EFE

Una mesa de diálogo «devastadora» para Aznar y «una performance» según González

Los dos expresidentes han coincidido en que «no hay espacio para la amnistía ni la autodeterminación» en la inauguración del Congreso de la Sociedad Civil 'Repensar España'

Jueves, 27 de febrero 2020

A pesar de que en los años 90 la relación entre ambos era tensa, los expresidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar comparten ahora «angustia» y «preocupación» por el rumbo de la política española. Aunque este jueves, durante la inauguración del ... Congreso Nacional de la Sociedad Civil 'Repensar España', celebrado en Madrid, discreparon ligeramente en su visión respecto a la primera reunión de mesa de diálogo en Cataluña, «devastadora» para el popular y «una performance» para el socialista. En lo que sí se mostraron de acuerdo fue en «garantizar con mayor claridad el precio a pagar por la deslealtad institucional».

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Vídeo. José María Aznar, durante su intervención. EP

«Ni tu ni yo hubieramos organizado» la mesa de diálogo, le espetó Aznar a González, que se ha mostrado en las últimas semanas muy crítico con la actual dirección del PSOE. Este jueves volvió a reconocer que no se siente «representado» aunque, según añadió, «eso no quiere decir que no vote».

Los dos exlíderes conversaron sobre la situación política actual a nivel mundial y nacional y coincidieron en señalar que la época «con más normalidad» fue la comprendida entre 1982 y 2014, un periodo marcado por sus respectivos mandatos, también en que «no hay espacio para la amnistía ni la autodeterminación». «Hace 20 años, cuando me preguntaban que es lo que mas me preocupaba de la España del futuro yo respondía 'que nos cansemos de ser normales'. No se pueden volver a tirar los dados al aire porque no suelen caer bien, las cosas se hacen con consensos», puntualizó Aznar.

Vídeo. Felipe González, durante su intervención. EP

González también hizo referencia a la intención del Gobierno de reformar el Código Penal para reducir las penas por los delitos de sedición y rebelión, aclarando que «reformar el Código Penal es tan necesario como inoportuno ahora» y que «los delitos de rebelión y sedición no fueron proyectados para la situación actual». Aznar se mostró de acuerdo en este último punto con el que antaño fuera su enemigo político y añadió que «una parte leal de la sociedad española es la que esta paganado el precio del extreminismo y la radicalidad».

El cuchillo en la boca

González, quien también apeló a recuperar «la cohesión» de los años posteriores a la Transición, no ve la situación de España tan crítica, porque cree que es un país «resiliente», pero sí alertó de que para recuperar la estabilidad es necesario «quitarse el cuchillo de la boca».

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