Ayuso apoya a Álvarez de Toledo en plena guerra con Génova

Álvarez de Toledo retrata al secretario general del PP como un «déspota» ávido de poder y le acusa de ejercer un mando «testosterónico» contra Díaz Ayuso y contra otros miembros del partido, llegando incluso a filtrar «material incriminatorio» contra la presidenta madrileña. Unas palabras que, según Génova, son «totalmente falsas» y en las que Díaz Ayuso prefiere no ahondar. «Yo quiero pensar que eso no está sucediendo», ha despachado.

La diputada del PP por Barcelona defiende el papel de la líder regional y la necesidad de que ella asuma las riendas de la formación en Madrid. Y alerta sobre posibles maniobras para desgastar su imagen frente a su principal oponente para liderar el partido en Madrid, José Luis Martínez-Almeida, alguien que todavía no ha dado un paso al frente y que se esmera en recordar que esa pelea «no toca». «Yo observaba el proceso con la angustia del deja vu», dice sobre el paralelismo que establece entre su caso y el de Díaz Ayuso. «¿Cómo no va a presidir ella el PP de Madrid? (...) Génova, ahora contra Ayuso por celos, miedo y afán de control», añade.

En Génova el malestar es palpable y prefieren no entrar a valorar el libro de la exportavoz del Congreso y menos aún se plantean su expulsión. «Es lo que ella busca», insisten en la dirección. «Esas declaraciones me parecen lo mismo que a usted», se limitó a responder García Egea al ser preguntado hoy por las acusaciones de «bullying» vertidas por contra él.

Lo que sí ha abierto el grupo parlamentario es un procedimiento sancionador por saltarse la disciplina de voto en la elección de los miembros del Tribunal Constitucional. Ella misma ha admitido que voto en blanco y, por tanto, se enfrenta a una sanción económica de hasta 700 euros. «Es un ajuste de cuentas», reconoce un compañero de escaño sobre el libro de la discordia. «Que coincidia con el lío de Madrid le viene bien para vender ejemplares», reconoce otro.

La diputada díscola enfrentará la multa pero advierte de que mantendrá el escaño hasta el final de legislatura. «No tengo intención de irme», avisa.