cristian reino
Barcelona
Lunes, 5 de diciembre 2022, 18:18
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha presionado este lunes al PSC y a Junts para que apremien con las negociaciones para aprobar los Presupuestos catalanes. Aragonès ha apretado a las formaciones políticas y ha contado para ello con el apoyo de las patronales ... y los sindicatos, con quienes ha firmado un acuerdo presupuestario, que ha calificado de «histórico», pues es la primera vez que los agentes sociales participan en la elaboración de las cuentas catalanas. El 'acuerdo de medidas para paliar los efectos de la actual coyuntura económica y para impulsar la transformación del modelo productivo' contempla cuatro ámbitos de actuación (política industrial, empleo, formación profesional y protección social) pero solo entrará en vigor si el Parlament aprueba los números de la Generalitat. El Govern negocia con PSC, Junts y los comunes. Con En Comú Podem, las conversaciones están más avanzadas, pero Aragonès necesita el apoyo, al menos, de los socialistas o los junteros.
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Unos y otros han enfriado este lunes un posible acuerdo inminente, como ha tratado de forzar el Govern en los últimos días. Sus planes pasaban por que el consejo ejecutivo de la Generalitat aprobara el martes que viene el proyecto de Presupuestos para iniciar su tramitación, que necesitará unos 40 días en la Cámara catalana. Tanto Foment del Treball como Pimec, tras el acuerdo con el Gobierno catalán, han reclamado la «máxima complicidad» con los grupos parlamentarios para que el Presupuesto de 2023 sea efectivo. UGT y CCOO han urgido a un acuerdo antes de final de año para que la prórroga técnica, que el Ejecutivo catalán ya tiene asumida, sea lo más corta posible. Junts, en cambio, prevé una negociación larga porque aún ve discrepancias «importantes». El PSC, por su parte, ha señalado que ve muy difícil cerrar un pacto esta semana, como pretenden en el Palau de la Generalitat.
Todas las formaciones reprochan al Govern que ahora tenga prisa para aprobar las cuentas, cuando hasta la fecha se había mostrado esquivo en las negociaciones. Aragonès quería cerrar antes la negociación sobre la derogación de la sedición y sobre los Presupuestos Generales del Estado. De hecho, ERC no levantó oficialmente el veto al PSC hasta la semana pasada. Los socialistas estaban en la terna de posibles socios, pero en un segundo plano. En ERC querían evitar la foto con el PSC en vísperas de las elecciones municipales pero han concluido que es aún más negativa la imagen de un gobierno incapaz de llegar a acuerdos, como le pasa hasta ahora, que está en solitario con los 33 diputados republicanos, tras romper con Junts.
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