Cristian Reino
Barcelona
Lunes, 11 de julio 2022, 10:48
ERC y Junts mantienen el pulso en torno a la causa penal que afecta a la presidenta del Parlament, Laura Borràs. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, cree que la dirigente nacionalista debería «apartarse» de su cargo, si el TSJC abre juicio oral y ... la sienta en el banquillo por los delitos de malversación, prevaricación, fraude y falsedad documental. A escasos días de que la Fiscalía presente el escrito de acusación, Aragonès, que ya días atrás evitó apoyar a Borràs, ha dejado clara cuál es su posición, aunque ha dicho que la decisión debe tomarla la propia presidenta de Junts. Si Borràs fuera de ERC, «se pondría a la institución por delante, se apartaría, defendería su inocencia y, si finalmente resuelve favorablemente a la persona, se le restaurarían las responsabilidades», ha afirmado en una entrevista en Onda Cero.
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La presidenta del Parlament, no obstante, ya ha advertido de que no tiene ninguna intención de dejar el cargo y de que no se da por aludida por el reglamento de la Cámara catalana, que establece que si un diputado es procesado por delitos de corrupción (como Borràsl), la Mesa o el pleno deberán acordar la «suspensión de los derechos y deberes parlamentarios de forma inmediata». Borràs presionó durante el fin de semana a los grupos independentistas para «resolver políticamente» el asunto y confió en que le apoyarán cuando la patata caliente llegue a la Mesa de la Cámara catalana. En TV3, exigió a ERC y a la CUP eliminar el artículo del reglamento que podría obligarle a dimitir. Su argumento es que el Parlament dará cobertura, si aplica el reglamento para cesarla, a la «represión» del Estado. Aragonès, en cambio, ha avisado a la presidenta del Parlament de que los delitos por los que está imputada son «muy diferentes» a las causas penales de otros independentistas. «Independientemente de si es cierto que ocurrieron estos hechos o no, la cuestión es que los delitos que forman parte de esta instrucción son los que son», ha señalado el presidente de la Generalitat.
Mientras, Pere Aragonès se reunirá el viernes que viene con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El dirigente republicano reclama pasos al Ejecutivo para superar la situación de crisis en las relaciones entre ambos gobiernos. A su juicio, estas relaciones están «mermadas» y ha advertido de que no renunciará a la autodeterminación y de que el referéndum y la amnistía estarán sobre la mesa de la reunión del viernes en la Moncloa y «espera respuesta». «Estamos ante una negociación muy compleja y debemos afrontar un calendario con resultados encima de la mesa», ha presionado. Los pasos, a corto plazo, deberían pasar por avances en la «desjudicialización», como la reforma de los delitos de sedición y malversación en el Código Penal o que la Fiscalía y la Abogacía del Estado influyan en algunas causas penales que afectan a dirigentes nacionalistas. Aragonès ha insistido en que apuesta por un referéndum «acordado», pero ha descartado la vía de la reforma de la Constitución.
El encuentro con Sánchez en la Moncloa debe servir como «punto de inflexión» para poder avanzar en el proceso de diálogo, ha señalado. Aragonès se resiste a dar carpetazo a la crisis provocada por el estallido del caso Pegasus, aunque sí ha rebajado el tono por este motivo. «No ha habido transparencia y no han sido suficientes las responsabilidades que el Gobierno ha asumido», ha rematado.
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