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Barcelona
Martes, 30 de agosto 2022, 18:26
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no se ha tomado demasiado en serio el ultimátum que le lanzó el lunes la ejecutiva de Junts, que le instó a ponerse las pilas en lo que se refiere a la agenda independentista, a riesgo de que ... se rompa el Govern catalán. Aragonès desdeñó este martes las presiones de sus socios, replicó que está cumpliendo el pacto de gobierno y pidió a los junteros responsabilidad y estabilidad para los próximos meses de curvas.
El jefe del Ejecutivo catalán presidió este martes el primer consejo de gobierno tras el inicio del nuevo curso y más tarde viajó a París, donde intervino en una mesa redonda organizada por la patronal francesa Medef sobre autonomías e independencias. En la reunión del consejo de gobierno y en su alocución desde la capital gala dejó claro que de momento no tiene intención de variar el rumbo, a pesar del malestar de sus socios, que consideran que no está haciendo los deberes en la carpeta secesionista.
Desde el Govern, advirtió, por si alguno se ha despistado sobre el contexto general, de que el Gobierno catalán ha reiniciado su actividad «centrado en la agenda social y económica para dar respuesta a los problemas inmediatos de la ciudadanía». Respuesta clara a sus socios que le reclaman más atención a las cuestiones identitarias. El primer objetivo del curso para el Govern es lograr aprobar unos Presupuestos autonómicos y para ello Aragonès deberá volver a contar con En Comú Podem, porque la CUP ha decidido pasar a la oposición y se ha autodescartado como socio del ejecutivo autonómico. Hace meses que la mayoría independentista saltó por los aires.
Desde París, en las jornadas que la patronal gala celebra para arrancar la temporada política, defendió la independencia de Cataluña, pero insistió en apostar por el diálogo con el Gobierno central para celebrar un referéndum acordado y vinculante. Junts exige al presidente de la Generalitat que dé por concluida la mesa de diálogo, que reconozca que ha sido un fracaso y ponga en marcha las condiciones para culminar la secesión. Aragonès tiene aparcada la vía unilateral y en estos momentos todas sus energías en la carpeta del conflicto las dedica a tratar de sacarle jugo a la mesa de diálogo, si bien reconoce que la celebración de un referéndum con el visto bueno de Madrid está muy lejos. No obstante, el presidente de la Generalitat trasladó a los consejeros de Junts que está dispuesto a escuchar la propuesta «concreta» que le puedan hacer llegar para alcanzar la independencia. Que es una forma de decir que a día de hoy no hay fórmulas mágicas y quien diga que sabe cómo culminar el 'procés' está mintiendo.
Aragonès no se encontró un foro fácil en Francia. Defender la independencia en el país más centralista de la UE resultó un dura empresa. El dirigente republicano participó en una mesa redonda junto al exprimer ministro Cazeneuve, que afirmó que el nacionalismo «alimenta la guerra» y que solo hay un pueblo francés, y los líderes de Córcega y Guadalupe, que suspiraron por tener el nivel de autonomía de Cataluña. Aragonès reclamó ser un estado de los «Estados Unidos de Europa». También estaba anunciado el ministro del Interior, pero causó baja de última hora.
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