Cristian Reino
Barcelona
Miércoles, 12 de enero 2022, 21:21
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, instó este miércoles a Pedro Sánchez a no dilatar más la celebración de la próxima reunión de la mesa de diálogo y le emplazó, desde Madrid, a que aclare qué propuesta tiene para resolver el conflicto catalán. Aragonès ... intervino en una conferencia en el club Siglo XXI, presentada por la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y a la que acudieron, entre otros, la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, y el ministro de Universidades, Joan Subirats.
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«Ni Cataluña ni el Gobierno del Estado podemos desaprovechar la oportunidad histórica que ofrece el diálogo», afirmó el dirigente republicano. Y avisó: «No habrá una segunda» ocasión para resolver el conflicto. Por ello, reclamó a Sánchez fórmulas imaginativas para empezar en la próxima reunión de la mesa de diálogo a «negociar soluciones». Más que un debate sobre fechas, cree que hay que abordar las propuestas. La suya, insistió, es un referéndum a la escocesa, y retó al Gobierno a «atreverse» tanto a ganar como a perder la consulta.
La última reunión de la mesa de diálogo fue en septiembre. La siguiente estaba prevista para este enero, pero todo apunta que Sánchez no tiene intención de mover ficha antes de las elecciones de Castilla y León, y el Govern ya ha asumido que el encuentro se celebre entre febrero y marzo. En septiembre, convinieron que no convocarían ningún encuentro hasta tener algo acordado digno de ser anunciado públicamente. Ahí está el problema. Una vez superada la etapa en la que ambos coinciden en apostar por el diálogo, ahora toca acercar posturas en el contenido de las conversaciones. Y hallar el punto intermedio entre un referéndum y una agenda para el reencuentro es tarea muy complicada.
Más aún después de que el Gobierno haya anunciado que la reforma del delito de sedición, que se apuntaba como posible salida para Puigdemont, se ha guardado en el cajón. Aragonès, pese a todo, presionó a Sánchez para que mueva ficha.
Como alternativa al referéndum, el presidente de la Generalitat deslizó una propuesta que pasaría por el reconocimiento de Cataluña como nación, de su lengua y de tener política exterior, respetar las leyes que apruebe el Parlament y poner fin al déficit fiscal; todo ello sometido a votación de la ciudadanía.
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Aragonès necesita consolidar la mesa de diálogo para reforzar su liderazgo, cuestionado casi a diario por sus socios de Junts, que aprietan además con la amenaza de un posible regreso de Carles Puigdemont, que podría dinamitar la legislatura.
Para mantener viva la mesa, ERC tiene que acompañar al Gobierno en el Congreso. Pero Sánchez ya ha dado muestras de que ahora no tiene muchas ganas de reunirse con la Generalitat. De ahí que el dirigente republicano se vea en la obligación de presionar con una herramienta que es doble: amenazar con tumbar las leyes del Ejecutivo en las Cortes y la sombra de la vía unilateral. Ya lo hizo en su mensaje de fin de año y lo repitió este miércoles ante la atenta mirada de los ministros. «La autodeterminación es inevitable», dijo. Si encalla el diálogo, el Govern «no renunciará a su objetivo» y «seguirá adelante», remató.
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