Cristian Reino
Barcelona
Miércoles, 9 de febrero 2022, 11:57
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha tirado este miércoles de las orejas al movimiento independentista, a cuenta del caso Juvillà, que se ha saldado con una nueva bronca entre las fuerzas secesionistas, después de que la Cámara catalana acatara y retirara el escaño ... al dirigente de la CUP. Aragonès ha reclamado al nacionalismo que catalán que deje de mirarse al ombligo todo el día. «Más hablar del país y menos de nosotros mismos», ha afirmado. «Los movimientos avanzan cuando hablan del país y menos de sí mismos», ha señalado en la Cámara catalana. El caso Juvillà ha vuelto a enfrentar a ERC, Junts y la CUP, con acusaciones cruzadas de quién ha sido responsable de que el cupero ya no sea diputado por orden de la Junta Electoral. Aragonès ha mostrado su respeto por las decisiones adoptadas por el Parlament, aunque al mismo tiempo ha reprochado a las fuerzas independentistas por haberse «enredado» en la pelea partidista.
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El presidente de la Generalitat, mientras, ha reclamado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una respuesta clara y transparente sobre su voluntad de «participar en la resolución» del conflicto catalán. Aragonès ha reprochado a Sánchez «poca complicidad» en la apuesta dialogada para buscar una salida a la cuestión territorial y le ha advertido de que la «cronificación» del problema no es la solución. El Govern urge al Gobierno a que ponga fecha a la próxima reunión de la mesa de diálogo, pero la respuesta del Ejecutivo central la dio ayer la portavoz gubernamental, afirmando que el encuentro solo se convocará cuando haya acuerdos que anunciar, lo que en la práctica es posponer la cita sine die. Aragonès pronunciará el lunes próximo una conferencia, con motivo del primer aniversario de las elecciones del 14-F, en la que prevé poner sobre la mesa una propuesta sobre cómo avanzar hacia la independencia. Su apuesta seguirá siendo el diálogo con el Gobierno, pero podría apuntar un plan B. La CUP le exige un referéndum unilateral y Junts le pide que dé por concluida la mesa de diálogo con el Ejecutivo y active ya una alternativa.
La sesión de control al Govern catalán en el Parlament ha estado marcada por el distanciamiento de la CUP y los comunes -los dos socios de Aragonès- respecto a la Generalitat por la candidatura olímpica de invierno en 2030. Y también por la bronca entre el president y Vox. Aragonès ha comparado al grupo de la extrema derecha con el nazismo, el fascismo y el falangismo y desde la bancada del partido liderado en Cataluña por Ignacio Garriga se han escuchado insultos contra el dirigente republicano. «Hijos de puta», se ha llegado a oír en el hemiciclo. La presidenta ha pedido a los diputados de Vox que pidan disculpas. Lo ha hecho Antonio Gallego, pero al mismo tiempo ha reprochado a Aragonès que les llamara nazis.
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