Francisco Martínez Vázquez apenas estuvo ayer unos minutos en la Audiencia Nacional. El que fuera secretario de Estado para la Seguridad con el ministro Jorge Fernández Díaz se acogió a su derecho a no declarar. Alegó no conocer las pruebas que pesan contra él en ... el sumario -todavía secreto- de la denominada 'operación Kitchen', el supuesto entramado parapolicial montadocon fondos públicos para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas a fin de conocer qué información sensible sobre el partido manejaba y sustraerle documentos delicados.
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La negativa a ser interrogado del que fuera número 2 del Ministerio del Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy no impidió la declaración del ex jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional, Enrique García Castaño. Más conocido como 'El Gordo', García Castaño es otro de los mandos imputados y pieza clave en este operativo contra Bárcenas, que en realidad es la séptima pieza separada del macrosumario que se instruye por las actividades ilegales del excomisario José Manuel Villarejo.
'El Gordo', otrora hombre de confianza de Villarejo y que hace tiempo que comenzó a tirar de la manta, implicó por completo a Martínez en el espionaje a Bárcenas. Confirmó, esta vez con todo lujo de detalles, que entregó al secretario de Estado un pendrive que contenía el volcado del contenido de dos móviles de Bárcenas, que le habían sido sustraídos al extesorero popular por su chófer, Sergio Ríos, soplón de la camarilla policial de Villarejo, que le pagaba 2.000 euros mensuales por pasar a los agentes información del político corrupto.
El ex UCAO detalló que fue él mismo el que volcó el contenido de esa memoria a un ordenador portátil que Interior compró ex profeso para que el secretario de Estado pudiera consultar, sin conexión alguna con otros terminales, material de «operaciones sensibles».
'El Gordo', como en anteriores declaraciones, arguyó que la investigación a Bárcenas era legal y que estuvo en todo momento autorizada de por el entonces Director Adjunto de la Policía, Eugenio Pino, hombre también de confianza del propio Villarejo.
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La tesis de la Fiscalía y del juez, sin embargo, es otra. Sostienen, de forma indiciaria, que Martínez, que supervisó el espionaje a Bárcenas, avaló el uso de fondos públicos para una investigación sin trascendencia para la seguridad del Estado porque lo único que pretendía era tratar de impedir que trascendieran más datos sobre la presunta financiación irregular del Partido Popular.
Francisco Martínez se convirtió esta semana en ser el primer político del PP imputado por la 'operación Kitchen', después de que el magistrado en febrero del pasado año hiciera lo propio con toda la camarilla policial que rodeaba a Villarejo, empezando por el propio Pino.
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