El padre Román llega al juzgado en Granada.

El padre Román niega abusos o relaciones homosexuales y habla de «amor cristiano»

El abogado aporta una carta del Vaticano en la que la Santa Sede dice que confía en el principio de inocencia

YENALIA HUERTAS

Lunes, 6 de marzo 2017, 10:24

Al filo de las diez de la mañana ha comenzado en la Audiencia de Granada el juicio contra el padre Román M.V.C. por presuntos abusos sexuales al joven 'Daniel', nombre ficticio, siendo menor de edad. El acusado ha entrado sin hacer declaraciones.

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En ... los primeros momentos de la vista, la defensa del sacerdote, que ejerce el letrado Javier Muriel Navarrete, ha aportado una carta a la que ha tenido acceso este mismo fin de semana en la que la Secretaría de Estado del Vaticano comunica, ante la celebración de la vista, que "confía en el principio de inocencia e independencia absoluta de los tribunales".

Junto a ello, ha solicitado la nulidad de una parte del expediente canónico, petición a la que no ha accedido el tribunal.

Durante el interrogatorio, el padre Román ha negado haber mantenido contacto sexual alguno con 'Daniel' o con otros jóvenes. "No, en absoluto, en absoluto, nunca", manifestó con contundencia. El único acusado de abusos sexuales ha asegurado que todo se engloba en el "amor cristiano".

El acusado, para el que la Fiscalía solicita nueve años de prisión por abuso sexual a un menor, ha asegurado que "asesoró" al joven denunciante en diferentes momentos de su vida y ha negado cualquier comportamiento sexual o que compartiera con el entonces menor cama: "No me entra en la cabeza dormir con otra persona". "No he dado besos en la boca en mi vida, ni los he recibido", ha dicho el único acusado en la causa, que ha señalado que se distanció del denunciante porque llevaba "una doble vida" y ha añadido que mantuvo una relación de consejo con la que fue novia del entonces menor, que le contó que la acosaba.

El padre Román ha negado además que los sacerdotes que convivían mantuvieran relaciones homosexuales "de ningún tipo" y ha defendido que la carta al denunciante que firmó con un "te quiero mucho" se enmarcaba en el contexto "cristiano" de la palabra amor.

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