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Nuria Vega
Viernes, 10 de febrero 2017, 09:36
Las 4.000 enmiendas que la dirección del PP recibió en enero se interpretaron en el partido como el primer síntoma de que algo estaba cambiando en la formación conservadora. La cifra duplicó la registrada en el cónclave más convulso que han vivido hasta el ... momento los populares, el de 2008, cuando el liderazgo de Mariano Rajoy estuvo cerca del naufragio. En la cúpula leyeron el repunte en la participación como un aumento del afán renovador de las bases.
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En el último mes, los vicesecretarios han realizado un esfuerzo por incorporar estos textos a las ponencias que se votarán en el XVIII Congreso Nacional del PP y negociar el contenido de los más polémicos. El responsable de Organización, Fernando Martínez-Maillo, ha sido el encargado de revisar los estatutos y el 80% de las casi 1.300 enmiendas a su borrador han sido pactadas.
Aun así, el debate sobre algunas reivindicaciones, que persiguen en muchos casos modernizar el PP y adaptarlo al siglo XXI, llega abierto a la cita ante la imposibilidad de encontrar un punto de consenso.
Primarias
En los últimos meses, dos organizaciones territoriales se habían mostrado dispuestas a reivindicar que el presidente del PP fuese designado tras un proceso interno de primarias en el que todos los afiliados tuvieran derecho a voto: Madrid y Valencia.
El sistema de doble vuelta ideado por Martínez-Maillo, que permite a los militantes votar de manera directa en una primera fase y deja la última palabra en manos de los compromisarios, pareció aplacar en diciembre la demanda de ambas direcciones.
El 9 de enero, sin embargo, el equipo de la presidenta madrileña anunciaba su intención de enmendar el modelo Maillo y pedir que el poder de decisión correspondiera en exclusiva a los militantes populares de principio a fin. Veinte días después, Cristina Cifuentes retiraba su propuesta tras conversar con la dirección.
Aun así, algunas enmiendas, como la del portavoz adjunto en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, llegan vivas al cónclave. Esto significa que hoy a última hora los 3.128 delegados se pronunciarán sobre si quieren primarias o prefieren el sistema de doble vuelta ideado por la dirección.
Incompatibilidades
De las alrededor de 50 enmiendas que planteaban endurecer el actual régimen de incompatibilidades, una decena no han podido ser consensuadas. Son las que abogan por poner un límite a la acumulación de cargos en un solo dirigente. El vicesecretario de Organización aprovechará para negociar hasta el último minuto para que el debate no se centre en María Dolores de Cospedal y su pluriempleo en el Gobierno, en la dirección nacional, en la ejecutiva castellano-manchega y en el Congreso de los Diputados.
El debate, ahora tabú para la dirección, fue asumido como natural en la conferencia política que los populares celebraron en julio de 2015.
Limitación de mandatos
Este asunto, que cuenta con el respaldo de la dirección valenciana, ha quedado prácticamente reconducido por la cúpula del PP. Fuentes populares explican que de las cinco enmiendas que defendían limitar el tiempo al frente de un gobierno sólo queda una. El debate no preocupa a la dirección.
Creen los dirigentes del partido que nadie forzará que los estatutos pongan en cuestión la posibilidad de que Mariano Rajoy quiera optar a una tercera legislatura en la Moncloa. El pacto de investidura sellado con Ciudadanos abogaba por legislar en este sentido, pero los populares sostienen que ese documento no les obliga a modificar su normativa interna.
Gestación subrogada
La ponencia social, coordinada por Javier Maroto, no hacía ninguna referencia en su borrador inicial a los llamados vientres de alquiler y los enmendantes han puesto de relieve que no hay consenso interno en esta materia. Las posiciones enfrentadas han dificultado el acuerdo, y unas y otras se votarán en el cónclave. Barones como Cifuentes, Alberto Núñez Feijóo, José Antonio Monago o Juan Manuel Moreno se han mostrado partidarios de regular esta práctica.
Aborto
Una decena de cargos y exdiputados del sector más a la derecha del PP reclaman que el aborto deje de considerarse un «derecho» y la «defensa de la vida» esté presente de forma expresa en la ponencia política de la formación.
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