VIOLETA SANTIAGO
Domingo, 5 de febrero 2017, 12:41
La Policía trata de determinar las causas de la muerte de un hombre de 80 años cuyo cadáver apareció maniatado en el interior de su garaje de Santander, situado en la calle Beato de Liébana, a escasos 400 metros de su domicilio en Alcázar de ... Toledo. Los investigadores creen que el octogenario pudo haber sido retenido por unos ladrones a los que sorprendió en su cochera y que su muerte fue natural. Los agentes se encontraron al jubilado en el suelo y maniatado, pero sin signos evidentes de violencia. No presentaba marcas de haber sido golpeado, maltratado o apuñalado. Dado lo chocante del caso, ayer no se quiso adelantar ninguna información de forma oficial.
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Su muerte está siendo investigado por la Policía Judicial y la Científica de la Jefatura de la Policía Nacional de Santander, en donde no se descarta que el octogenario se hubiera topado con alguien dentro al llegar a su propiedad. Esta persona o personas le habrían atado las manos y le habrían abandonado allí, tras lo cual podría haber fallecido de muerte natural. La incógnita es quién avisó de que en el garaje podía haber pasado algo para que apareciera de repente la policía.
El fallecido, al que todo el mundo llamaba Prieto, era muy conocido en el barrio, ya que había residido en el portal 15B y, aunque se había trasladado a vivir a la calle Alcázar de Toledo, seguía yendo a diario a su aparcamiento, en el que tenía unas jaulas con pájaros a los que cuidaba, según contaron unos vecinos que le conocían «de toda la vida». Ellos dijeron que era una persona amable, de los que saludan a todo el mundo y siempre activo.
Una pareja relató que Prieto apareció ayer en el lugar, a eso de las 9.00 horas, como siempre. Lo habitual era que tuviera la puerta abierta y pasara la mañana barriendo la acera entre los portales 15A y 15B. «Era parte del vecindario, porque se pasaba prácticamente todos los días por aquí», relató. Lo que ayer se salió de lo normal es que a eso de las 12.45 aparecieran varios policías con una palanqueta para abrir por la fuerza la puerta del garaje, que estaba cerrada. Un par de vecinas indicaron que lo poco que se vio transcurrió de forma rápida. «Ni se formó revuelo ni creemos que se enterase la gente del bloque de enfrente». Los residentes en el 15A solo vieron llegar a los investigadores y, poco después, un coche de la funeraria que se llevó el cadáver. En muy pocas horas no quedaba ni rastro del suceso. El garaje en que apareció Prieto está en venta, en un barrio formado por un bloque de pisos y una zona de aparcamiento en batería para unos 15 vehículos. La cochera tiene la puerta clausurada por la cinta de la Policía.
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