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Ramón Gorriarán
Miércoles, 13 de julio 2016, 14:22
Mariano Rajoy quiere formar gobierno rápido y que tenga, al menos, una cierta estabilidad. No quiere superar la investidura y que al día siguiente esté maniatado sin poder tomar ninguna decisión sobre asuntos claves, como el techo de gasto para el próximo año y la ... aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, pretende reunir apoyos para una investidura con garantías de futuro.
El problema para el líder del PP es que a día de hoy no tiene apoyos para gobernar. Un hecho que no le ha desmoralizado porque estamos en un momento inicial del proceso. Él, en todo caso, quiere gobernar y tomar decisiones cuanto antes y para eso está dispuesto a mojarse. Rajoy ha dibujado este cuadro en una comparecencia en el Congreso tras reunirse con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con el que ha cerrado la primera ronda de contactos exploratorios.
El presidente en funciones ha entregado al líder socialista un documento con su oferta de programa de gobierno, un texto que también hará llegar al resto de representantes de las fuerzas políticas. No ha dado muchos detalles de las propuestas que incluye, pero se trata, según ha dicho, de una oferta moderada y abierta al diálogo y los pactos, como deberá ser, ha añadido, el Gobierno que de ella deba nacer. Solo ha dejado caer como perla concreta que plantea una modificación de los tipos del IRPF del 45 al 47%, el máximo, y del 19 al 17%, el mínimo. Pero no sería, ha precisado, para el próximo año sino para cuando la situación lo permita.
Esa ha sido la única concreción que ha hecho. Por lo demás, se ha mostrado muy firme en la necesidad de evitar la repetición de las elecciones para noviembre. Sería una locura y España ocuparía un lugar destacado en la historia del disparate. Rajoy se ha mostrado reconfortado porque este diagnóstico ha sido compartido por todos los interlocutores que ha tenido en esta primera ronda de contactos.
Ha confirmado que esta vez, si se lo plantea el Rey, se va a presentar a la investidura aunque de entrada no tenga los apoyos suficientes para superarla. Tengo interés en gobernar, quiero gobernar y toar decisiones, ha subrayado. Pero no a cualquier precio. Rajoy no quiere superar el trámite parlamentario de ser investido y al día siguiente encontrarse sin apoyos para aprobar los Presupuestos o el techo de gasto para 2017, o el programa de estabilidad fiscal y financiera. Quiere una investidura con garantías de gestión.
De no ser así, ha advertido con cierto tinte dramático, abriría una reflexión a la que invitaría al resto de fuerzas políticas para ver qué salida damos a esa situación. Unas palabras que algunos han traducido como que se replantearía presentarse a la investidura, extremo que niegan en el entorno más cercano al presidente del Gobierno en funciones.
Sobre su reunión con Sánchez, el propietario de la llave para su reelección, ha señalado que lo más entendible ha sido el no del PSOE a apoyar un nuevo mandato suyo. No ha querido especular sobre un cambio de última hora de los socialistas para pasar del rechazo a la abstención.
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