Melchor Sáiz-Pardo
Miércoles, 15 de junio 2016, 09:48
El fiscal Pedro Horrach denuncia una suerte de persecución gratuita a la infanta Cristina y para ello se ha dedicado a parafrasear el Yo acuso' de Émile Zola, en su alegato final del juicio del caso Nóos, convertido más bien en un discurso de defensa ... cerrada de la hermana del Rey.
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Cuánta vaciedad. Todo es crimen, Cristina de Borbón es infanta de España: crimen. Es licenciada en Ciencias Políticas y trabaja en La Caixa: crimen. En los registros domiciliarios no se encontró ningún papel comprometedor contra ella: crimen. Visitó el Instituto Nóos para recoger a su esposo: crimen. Tiene una sociedad junto a su cónyuge: crimen. Ni un solo testigo habla en su contra: Crimen. No se turba ante las preguntas del instructor: crimen. Todo crimen. Siempre crimen, se ha despachado el representante del Ministerio Público.
Han sido dos años de pérdida de tiempo que está en los arrabales de una sospecha desquiciada por algunos medios de comunicación, ha denunciado.
Duro informe final
Pedro Horrach ha arrancado su informe final con un ataque sin piedad a los que considera sus grandes enemigos en el juicio Nóos: el juez de instrucción José Castro y la abogada de Manos Limpias, Virginia López-Negrete, los dos responsables de llevar al banquillo a la infanta Cristina con la oposición del Ministerio Público.
A Castro y a López-Negrete ha acusado de dejarse llevar desde hace meses en el tema de la hermana del Rey por juicios paralelos y conjeturas que nutren los medios de comunicación. Según Horrach, Castro, dejándose llevar por el condicionamiento mediático, admitió la entrada en el proceso de sospechas y juicios paralelos en clara referencia a Manos Limpias.
Abuso de derechos, afirmaciones calumniosas y sin apoyo fáctico alguno han sido solo algunas de las frases que el fiscal ha dedicado al juez y a Manos Limpias, a los que ha culpado de haber basado su actuación en un andamiaje sobre sospechas y conjeturas de gran repercusión mediática, sobre todo en lo referido en la actuación de la infanta, a la que sometieron no a una investigación, sino a una persecución.
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Pedro Horrach ha resaltado que Manos Limpias y el juez se han movido malabarismos jurídicos engañosos y ha llegado a acusar a López-Negrete de haber seguido solo consignas fruto de la demagogia y del lucrativo negocio de las confabulaciones.
Ha lamentado que en este proceso, y en lo referido a Cristina de Borbón, la fase de instrucción se dejara llevar por mareas mediáticas predominantes. Se prima la apariencia de justicia sobre la justicia. Y para redondear la apariencia se va al fraude de Ley, ha denunciado el representante del Ministerio Fiscal, que ha tachado la actuación de Castro y Manos Limpias de sorprendente reino de Taifas.
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"Todos los demás eran indios en una pradera"
Toda la culpa para Iñaki Urdangarin y Diego Torres. El fiscal Pedro Horrach ha revelado al inicio de su informe final el eje central del alegato con el que pondrá fin a su intervención en el juicio Nóos. Dos frases resumen su argumentario: "Todas las entidades de Nóos se hayan bajo el dominio efectivo de Torres y Urdangarin". Todos los demás eran indios en una pradera.
Culpar a los dos máximos responsables de la entidad sin supuesto ánimo de lucro para exculpar, de paso, a la infanta y al consejero de la Casa Real, Carlos García-Revenga, quien llegó a ser tesorero del Instituto Nóos. A los tres últimos socios de Nóos ni están ni se les espera. Ni Miguel Tejeiro (que fue vocal del instituto) ni Garcia Revenga ni Cristina de Borbon tuvieron actividad alguna en la gestión de Nóos, y eso a pesar de que Torres se ha atrevido a afirmar que Miguel Tejeiro tenía despacho en el Instituto", ha explicado el representante del Ministerio Público.
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Horrach ha insistido en que la hermana del Rey no solo no tenía ninguna función en Nóos, sino que siquiera aparecía por la sede de la institución. Solo una vez -recordó- pisó las oficinas de Nóos y fue para recoger a su marido para llevarlo a una celebración familiar.
"Nóos se presentaba como una entidad sin ánimo de lucro, una especie de ONG con Iñaki Urdangarin como gancho", según Horrach. "Urdangarin pretende aparentar que se desvinculó de los proyectos de Nóos y se escuda en un pretendido control de la Casa Real", ha remachado el fiscal.
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