Óscar Bellot
Lunes, 6 de junio 2016, 20:17
El Gobierno español ha celebrado el anuncio de la Casa Blanca de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará España entre el 9 y el 11 de julio. El viaje supone la culminación de cuatro años de esfuerzos diplomáticos y permitirá mantener ... viva una tradición justo en la recta final del mandato de Obama. Desde que Dwight D. Eisenhower aterrizase en la base militar de Torrejón de Ardoz en 1959 para certificar el fin del aislamiento internacional del régimen de Francisco Franco, todos los inquilinos del Despacho Oval han visitado España, a excepción de John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson. Obama no quería dejar el poder sin formar parte del club, pero en abril la Casa Blanca dejó en el aire el desplazamiento ante la incertidumbre política por la falta de Gobierno, según reveló el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Ya entonces, el jefe de la diplomacia española apuntó julio como el mes en el que habían estado trabajando para el viaje y destacó que Obama le había dicho que estaba "deseando venir a España". Las palabras de Margallo se produjeron con motivo de su estancia en Washington para participar en la IV Cumbre de Seguridad Nuclear. Allí tuvo oportunidad de departir con el presidente de Estados Unidos, quien le transmitió "lo cómodo" que se había sentido trabajando con el Gobierno español durante los últimos cuatro años. No era la primera vez que Obama ensalzaba la senda recorrida por España en los últimos tiempos.
Publicidad
más información
En diciembre de 2014, Obama aplaudía que algunos países europeos hubiesen acometido reformas estructurales "muy serias" en su economía, citando entre ellos a España e Italia. Unas declaraciones que adquirieron mayor valor al ser efectuadas ante los dirigentes de varias de las mayores empresas de Estados Unidos.
Meses antes, Mariano Rajoy había tenido oportunidad de explicarle las medidas adoptadas durante el encuentro que ambos mantuvieron en el Despacho Oval. Y durante aquella visita a Washington, Obama no dudó en ensalzar el "gran liderazgo" del presidente del Gobierno español que, resaltó, sirvió para estabilizar la economía española reduciendo el déficit público a la vez que se comenzaban a generar puestos de trabajo. Subrayó que Rajoy había llegado a la Moncloa en un momento "sumamente difícil" y le felicitó por los "grandes avances" logrados.
El TTIP y el 'escudo antimisiles'
Lejanos quedaban ya los tiempos en los que Obama alertaba sobre la necesidad de evitar que la economía española se derrumbase o aquella llamada telefónica de mayo de 2010, tras la que José Luis Rodríguez Zapatero aprobó un amplio paquete de recortes. Obama consideraba a Rajoy un aliado en las por entonces incipientes negociaciones entre EE UU y la UE sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) y aprovechó para agradecerle además su colaboración en los ámbitos de la seguridad y la defensa.
España se había convertido en un pieza clave del sistema de Defensa contra Misíles Balísticos, la actualización de la ambiciosa 'guerra de las galaxias' impulsada por Ronald Reagan, con la instalación en la base de Rota de cuatro destructores de la clase Arleigh Burke de misiles guiados -el 'USS Donald Cook', el 'USS Ross', el 'USS Porter' y el 'USS Carney'-, en virtud de un acuerdo cerrado en 2011 con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. España había apoyado también la intervención en Libia que desembocó en la muerte del dictador Muamar Gadafi.
Publicidad
La sintonía entre ambos gobiernos contribuyó a que España entrase en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro no permanente y ambos países han caminado de la mano en los últimos años en la lucha contra el terrorismo internacional. Todo ello permitió restañar las heridas abiertas por las relevaciones del exanalista de la CIA Edward Snowden sobre la inclusión de España entre los objetivos espiar por parte de la Agencia de Seguriad Nacional (NSA) o los daños causados por el 'cablegate'.
La visita de España servirá para reforzar aún más los lazos entre ambos países y dejar atrás desencuentros como el motivado por la decisión de Zapatero de no levantarse al paso de la bandera de las barras y las estrellas en el desfile del 12 de octubre de 2003. La certificación definitiva de que aquello es cosa del pasado.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.