colpisa
Martes, 24 de mayo 2016, 11:52
La Guardia Civil, en el marco de la operación Naidar, desarrollada en Albacete, ha procedido a la detención de 57 personas pertenecientes a una organización criminal dedicada a la sustracción de cableado de cobre en instalaciones estratégicas, como parques eólicos y fotovoltaicos, infraestructuras ferroviarias, redes ... de telefonía y tendidos eléctricos de vías públicas.
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Asimismo, se han intervenido en uno de los centros gestores donde la organización daba salida al cobre sustraído 15 toneladas de cableado de cobre procedente de dichas instalaciones y se han practicado 45 registros domiciliarios donde se ha intervenido diversos dispositivos electrónicos, dos escopetas del calibre 12 que habían sido sustraídas, numerosos teléfonos móviles y abundante documentación relacionada con la investigación.
A los detenidos, se les atribuye la supuesta autoría de 205 hechos delictivos, entre ellos: robos con fuerza, desordenes públicos, tenencia ilícita de armas, robo y uso de vehículo a motor, atentado a gente de la autoridad, receptación y pertenencia a organización criminal. Los hechos delictivos afectaron a instalaciones estratégicas de las provincias de Albacete, Cuenca, Guadalajara, Toledo, Ciudad Real, Madrid, Murcia, Alicante, Cáceres, Badajoz, Ávila, Burgos, Soria, Salamanca, Segovia, Zamora, Granada, Jaén y Córdoba.
La operación se inició a raíz de varios robos cometidos con fuerza de cableado de cobre en instalaciones estratégicas durante los años 2014 y 2015 en la provincia de Albacete, por lo que los agentes establecieron un dispositivo de seguimiento y control sobre un grupo de personas asentadas en un poblado de Madrid conocido como El Gallinero que podrían estar dedicándose a cometer este tipo de robos. Por tal motivo, se procedió a la detención de los integrantes de la organización (53 de ellos de nacionalidad rumana y cuatro española) con edades comprendidas entre los 16 y 55 años.
Planificación de los robos
Los detenidos formaban un grupo organizado jerárquicamente compuesto por un primer escalón integrado por los 'jefes' que eran los encargados de realizar las funciones de dirección y coordinación de todo el entramado.
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De la jefatura del grupo dependían otros niveles entre los que se encontraban los responsables de cometer los robos; los que realizaban funciones de apoyo y colaboración los que adquirían y tramitaban la documentación de los vehículos utilizados para cometer los robos. Otro escalón era el encargado de gestionar la salida del cobre sustraído a través de una extensa red de receptadores.
Antes de cometer los robos la organización seleccionaba previamente el lugar en base a informaciones obtenidas mediante reconocimientos previos de la zona o bien por robos cometidos con anterioridad. Asimismo, la organización contaba con una gran movilidad ya que se dividían en varios subgrupos compuestos cada uno de ellos por 8 y 16 personas, y se desplazaban a distintos puntos de la geografía española para poder cometer varios robos en un solo día y dificultar la labor de investigación de los agentes.
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Posteriormente, se desplazaban en vehículos de gran cilindrada, con más de 15 años de antigüedad y con amplia capacidad de carga para colisionarlos en caso de ser interceptados por las Fuezas y Cuerpos de Seguridad. Asimismo, no dudaban en continuar la fuga a pie cuando colisionaban los turismos (hecho que repitieron en varias ocasiones al ser sorprendidos por la Guardia Civil).
Tras el robo regresaban al poblado y a continuación retiraban las cubiertas de plástico que envolvían el cable de cobre para que quedase 'limpio' para incrementar su valor en el mercado ilícito y dificultar la investigación sobre su procedendica en caso de ser detectado. Posteriormente, el género se ocultaba en el asentamiento chabolista, a la espera de encontrar el momento propicio para venderlo en centros gestores de residuos metálicos (chatarrerías o desguaces).
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Venta de más de 93.000 kilos de cobre
Con esta investigación, la Guardia Civil ha puesto de manifiesto que en los últimos cinco meses esta organización había efectuado ventas en los centros gestores de metales investigados, de más de 93.000 kilogramos de cobre por un importe de 350.834 euros.
Asimismo, esta organización ha causado un grave perjuicio tanto económico como de abastecimiento a servicios esenciales para la sociedad, ya que en algunas ocasiones ha dejado sin abastecimiento eléctrico o telefónico durante horas o incluso días a localidades, polígonos industriales o líneas de férreas.
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Cabe destacar que la mayoría los detenidos contaban con antecedentes policiales por delitos contra el patrimonio.
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